“Autocríticamente,
yo pienso que el referéndum se perdió”. Oírle decir esto a Vladimiro Mujica, quien
formó parte de la Coordinadora Democrática en representación de la Sociedad
Civil, resulta devastador. Y el hombre
de ciencias hunde el escalpelo a fondo: “El referéndum se perdió, el chavismo
fue mayoría en los procesos electorales. El fraude electrónico nunca me lo he
creído, y no solamente yo sino que no se lo cree un grupo muy importante de
matemáticos y estadísticos que ha observado el trabajo electoral desde hace
años en Venezuela. Como no me creo esa historia, la que sí creo es que nosotros
estábamos obligados a preparar a la gente para la posibilidad de perder”.
Asegura que
sostuvo muchas conversaciones en la Coordinadora en las cuales alertó sobre una
posible derrota en el referéndum revocatorio del 2004. Él preveía que podía ganar
Chávez: “Por lo que era muy importante que nos preparáramos para que no se
perdiera el liderazgo opositor, y para eso era indispensable hablarle claro al
país sobre los riesgos, pero hacerlo es algo que a todo el liderazgo político
venezolano, históricamente, le cuesta muchísimo, y nadie quiere decir las cosas
con claridad. Era indispensable reconvocar a la gente para los centros, era
indispensable decir: si tú no tomas parte en la defensa del acto, nosotros no
podemos garantizar ese acto. Era indispensable porque así protegías al
liderazgo de la oposición, si las cosas salían mal no fue porque tú no hiciste
todo lo que tenías que hacer, sino porque de todas maneras perdiste. Pierdes
una batalla frente a fuerzas superiores, pero lo que nunca puedes explicarle a
la gente es tus propias carencias y decir que son cosas buenas. Eso no lo
puedes hacer”.
Mujica
abunda en sus argumentos y explica que no solo había que hacer todo lo que tenían
en sus manos para ganar, sino también demostrar que lo estaban haciendo. “Cuando
el lenguaje que se transmitió fue que la victoria era inevitable, porque tenías
unas garantías internacionales y porque éramos mayoría, nos hicimos un flaco
servicio a nosotros mismos. Había que decir que era posible perder. Para que
esa derrota fuera constructiva, desde el punto de vista político, el liderazgo
tenía que batirse hasta el final y decir: La participación ciudadana es
indispensable, y no creerle simplemente a las garantías internacionales. Al convertirlo
en un ejercicio ciudadano la gente iba a ver que se había hecho todo lo posible
por defender el proceso. Ese fue un error gravísimo, tanto así que en último
momento, cuando vemos la necesidad imperiosa de pedirle a la gente que regrese
a los centros, algo a lo que el chavismo temía mucho, Caballero, Carvajal y yo,
fuimos a un programa y lo pedimos. No pasaron diez minutos antes de que
Diosdado Cabello saliera diciendo: Por ahí está Mujica llamando a regresar a
los centros, esa es una cuestión que hay que verla con mucha atención. Y le
preguntaron: ¿Mujica quién, el del MAS? No, no, su hermano”.
En
su recuento achaca, entre otras causas, elevada
cuota al triunfalismo, al cual considera letal cuando se está a punto de perder
una batalla. “Además de la batalla pierdes a tus generales, y es más grave en
un combate político perder a tus generales porque recuperarlos significa una
resustitución de todo el liderazgo que toma años, como tomó. Lo otro es una
reagrupación menor: Perdimos pero quedamos con la moral intacta. Hay una
diferencia esencial entre perder una batalla y salir de allí con la moral
intacta, como ha pasado en muchas guerras; y salir de allí pensando que tu
liderazgo no te dirigió adecuadamente. Hay una diferencia enorme”. Es cuando las huestes piden las cabezas de su
Estado Mayor, exigen sustituirlo, lo cual Mujica observa con cuidado: “La sustitución
es una caja de Pandora, porque se convierte en parte en un acto de pase de
facturas y se prescinde de gente muy valiosa. Todo el proceso político
venezolano ha sido una enorme moledora de gente, suben, bajan, unos salen del
país, las reputaciones desaparecen, de todo ha habido en estos años, porque en
un proceso tan complejo y como en Venezuela hay algo importante también, que es
parte fundamental de nuestra cultura, que es que así como damos la democracia
por sentada, todos tenemos nuestro güebón favorito. En una mesa fulano es un
güebón, el otro también, fulanita no… El reconocimiento del mérito sustantivo
en Venezuela en muchísimas oportunidades está restringido a los méritos
funerarios, cuando la persona se muere; o por adulación y por obsecuencia, en
cuyo caso se le reconocen los méritos porque quiero algo a favor o porque me
protejo, y entonces nuevamente termina por ser una perversión cultural.
“Cada
vez que me hablan de que mi favorito es López, o Capriles, o Machado, o
Ledezma; les digo: No, tú estás equivocando la discusión, esa no es, la
discusión es que todos ellos son necesarios para hacer lo que hay que hacer
ahorita en Venezuela, ellos y muchos otros. Mientras tengas tu güebón favorito
eres incapaz de ver que se requiere un esfuerzo colectivo, que una vez tendrá
unos dirigentes, en un momento nos tuvo a nosotros, esta vez tiene otros. Tú
estás enfrentado a un adversario que no reconoce diferencias y que quiere
acabar con todo lo que es valioso para cada uno de esos cuatro a los cuales estás
singularizando. Es solamente la unión de ellos y de otros y de la creación de
una cosa distinta que tiene que involucrar de alguna forma al chavismo, lo que
nos puede sacar de este hueco, de esta tragedia histórica en la que estamos
metidos. Ese grado de madurez todavía no lo tenemos, tenemos que seguir
aprendiendo”.
No vacila en
diagnosticar que el país no está en una zona curativa. “Estamos en una zona,
que si todo sale bien, va a venir el nacimiento de una cosa que en este momento
es muy difícil prever pero que difícilmente va a estar controlada por la
polarización. Yo soy un creyente de que no hay salida pacífica de lo que está
pasando en Venezuela sin un sector del chavismo, y ese sector del chavismo en
este momento no es visible”. Está
convencido de la necesidad de combinar movimiento de calle con norte político,
y participación con ética y consciencia de a qué adversario se enfrenta el país
en todos los escenarios políticos que se planteen, nacionales e internacionales.
Considera que esa combinación es perfectamente constitucional, más no puramente
electoral. “Ahí hay una diferencia muy importante; la constitución venezolana
dice que la gente está obligada a defenderse de regímenes y de gobiernos que
pretendan usurpar y corromper la Constitución.
Ahora bien, una de tus herramientas es electoral pero tú puedes utilizar las propias herramientas
electorales no como una panacea sino como un instrumento para crear condiciones
políticas reales. Y en esa combinación tú logras articular el activismo
ciudadano con la respuesta electoral, para mí esa es la ecuación que la oposición
venezolana no logra despejar. No lo estoy diciendo desde una posición de criticar
banalmente. No. Lo digo como alguien que siente eso como una realidad muy
cercana y que sabe perfectamente las diferencias entre estar allá y no estarlo.
En su momento yo estuve también en la Coordinadora Democrática, sé
perfectamente a lo que me estoy refiriendo. Y con todo el respeto por la gente
que está allá, y que están jugando un papel esencial en todo esto, es una
ecuación que no hemos logrado resolver. Cuando tú ves las cosas, por ejemplo,
que divide a todo el movimiento opositor en Florida, aquí en Estados Unidos,
¿qué es lo que estás viendo?, la reproducción en chiquito de Venezuela,
idéntico. No hemos logrado, en presencia de un mal mayor, actuar en conjunto
hasta que salgamos de él, y después nos hacemos las preguntas de cómo siguen
las cosas; no pretender disputar desde ahora el liderazgo de lo que viene y no
emplearse a fondo en combatir al adversario central. Esa ecuación nosotros no
hemos logrado resolverla.
“Para los efectos
del organismo, el chavismo es en cierta medida el lado oscuro de Venezuela y
por eso lo sentimos tan cercano, porque el lado oscuro nuestro no es que es
lejano a ti. Tu lado oscuro es algo que
es tan cercano a ti como lo que tú quieres que la gente vea, tu lado luminoso,
o más que eso tu lado visible es tan importante para ti y tu estructura
psicológica como tu lado oscuro, lo que pasa es que tu lado oscuro tú no quieres
que nadie lo sepa. En nuestra historia tienes lo que nos hace fuertes como país, lo
que nos podría hacer una sociedad que trajera felicidad a su gente y lo que nos
hace ingobernables; y el chavismo terminó por convertirse en buena medida en la
síntesis de lo que nos hace ingobernables. Por eso nos es tan cercano, y por
eso cada vez descubrimos en conducta de la gente que supuestamente está de este
lado conductas del otro lado, ¡porque son inseparables! Es la misma gente que
se nutrió de raíces similares, el resentimiento por ejemplo. La gente dice la
fuerza más grande del mundo es el amor, maybe,
el resentimiento es al menos tan comparable en fuerzas como el amor, y
cuidado si en algunos casos no tiene una fuerza superior porque se convierte en
activa, el resentimiento es una fuerza activa, el amor a veces no lo es, para
desgracia nuestra. El amor termina a veces por ser dócil y permitir que la
barbarie se le imponga y el resentimiento no es dócil, el resentimiento es
profundamente agresivo, y espera agazapado. Una de las marcas de fábrica culturales
del chavismo es el resentimiento. Esta barbaridad de percibirse como si
fuéramos una mezcla de indios y negros y pretender que nuestro contacto con
Europa y con España, en particular, y con el imperialismo, eso es de las
distorsiones históricas más brutales que esta gente le ha encasquetado a
Venezuela. Por eso digo que no encuentro otra forma para referirme a lo de
Venezuela que una gran tragedia, una gran tragedia que mezcla todos estos
elementos, y de la cual estoy convencido vamos a salir, pero todavía nos
queda un trecho que ojalá lo veamos en nuestra generación porque se nos ha ido
mucha gente valiosa que lo debió haber visto y no lo va a ver”.
Confiesa
su angustia ante la realidad del país y se declara adverso a los optimismos
ineluctables, ya que piensa que las cosas siempre pueden estar peor, porque al
imaginarse que están siempre mal termina por ser una preparación filosófica
frente a la vida. “Saber que pueden estar peor te hace prepararte para un
escenario donde las cosas pueden salir mal y si salen bien estás contento
porque así fue, que prepararte inocentemente para un escenario de los tiempos
perfectos y luego descubrir que los tiempos son perfectos pero en una escala
que no coinciden con las escalas humanas, es decir que tú no las vas a ver, ni
yo las voy a ver, ni nuestra generación las va a ver. Pienso que el caso de
Cuba y de Venezuela pueden convertirse en convergentes pero no lo son todavía y
sobre todo porque en Cuba no había democracia cuando el castrismo entró, en
Venezuela si la había. En Venezuela todavía queda el recuerdo generacional y
cultural de lo que era, porque sino no entiendes por qué unos estudiantes que
tienen quince años viviendo bajo estos tipos siguen creyendo en valores en los
cuales ellos eran unos niños. Pienso que hay motivos para ser cautelosamente
optimistas, o, como dijo Gramsci en Los Cuadernos de Prisión, tener el
pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad, creo que los venezolanos
podemos anotarnos en esa línea de pensamiento. Toda esta historia del exilio
venezolano y toda esta gente que ha salido se ve como una gran tragedia, claro
que lo es, pero así como te digo lo uno te digo lo otro: Si las cosas cambian
en Venezuela se va a producir un flujo de gente enorme hacia Venezuela, porque
el venezolano estructuralmente no es diaspórico. Si España logró, después de
decenas de años de franquismo, reconstruir todo su aparato cultural y
científico, nosotros también lo podemos hacer. Vivieron 40 años de franquismo y
lo lograron revertir hasta un punto quizás inconveniente, hasta el punto que
las nuevas generaciones no recuerdan cómo era antes, y por eso caen en espejismos
como el de Podemos. Eso no quiere decir de ninguna manera que no comparta la angustia
de quienes ven el espejo cubano y su más de medio siglo de permanencia, la
tengo clavada en un costado y todos los días me despierto con ella: Toda mi
familia está en Venezuela, mis tres nietas, mis tres lunas, están en Venezuela,
mucha de la gente que me es importante en todo el mundo está allí. Todo este
grupo de gente que ha salido, sobre todo los más jóvenes, termina por ser, por
esas maniobras del destino a lo mejor lo que está ocurriendo es que los estamos
protegiendo, porque esa gente en Venezuela no tiene nada que hacer, el país no
tiene nada que ofrecerles, tú los sacas y los proteges. Así como cuando las
langostas se están comiendo toda la vid, que están acabando todo, y rescatas
una pequeña semilla, y te la llevas para California y la siembras en el valle
de Napa, y después descubres que puedes restituir la vid francesa por una que
se salvó en el Napa porque la salvaste de la langosta, quizás nosotros estamos
salvando toda una generación de la langosta. Es un tema extremadamente doloroso
porque esto es un drama social y es un drama histórico, pero en cuanto te
afecta a ti es un drama personal y esa doble cara de estos dramas no se la
puede minimizar”.
Cree
que el sanamiento comienza inevitablemente por debilitar el yugo en que tienen
agarrado a Venezuela los sectores más corruptos del chavismo, y afirma sin
vacilaciones que en Venezuela la restauración no va a ocurrir, lo que puede
ocurrir es que surja una forma distinta. “Quienes sueñen con la restauración y
con que viene lo que estaba están equivocadísimos. Podría darse una situación
que en este momento mucha gente no lo ve con claridad, pero podría ocurrir: Un
cambio del centro de gravedad, una parte resultado de la polarización y otra
parte resultado de que el chavismo pierda sus fuerzas y que no se trasieguen
hacia la MUD sino que se trasieguen hacia otros espacios, y sería un desarrollo
muy interesante porque el esquema de polarización es capaz de absorber hasta
cierto punto únicamente. Es solamente la conjunción de factores muy diversos lo
que puede producir que se debilite el sector más radical, más brutal, más
militarista, más corrupto del chavismo. Si eso ocurre entonces viene
inmediatamente la siguiente etapa que es preguntarse: ¿Cómo se le sacan
concesiones políticas, dentro del marco constitucional porque yo fuera del
marco constitucional no creo absolutamente nada, sería otra aventura más, nos
va a salir carísimo, del otro lado? Hay cosas muy importante que se pueden
abrir hacia delante si se logra combinar participación electoral con la
protesta ciudadana y el activismo ciudadano. Estas dos cosas tienen que ir
amarradas. Por eso el tema de la vigilancia del voto lo tienes que convertir en
un acto popular, para que la trampa de usurpación de identidad no se pueda
producir, que es una trampa mucho más importante que el fraude electrónico; que
si me preguntas a mí, es una ficción pero lo otro no lo es en absoluto. La
redistribución de los circuitos electorales es una gran trampa pero esa trampa
puede inclusive revertírsela, yo pienso que estamos en una situación
inmejorable potencialmente.
“Y por eso
digo que no hemos resuelto la ecuación adecuadamente. El gobierno y el régimen
en general sí que juegan en todos los tableros, en todos los escenarios. En un
escenario patriotero desatan un conflicto o con Guyana o con Colombia, en otro van
a elecciones pensando que pueden disuadir, en otro van a las elecciones pierden
pero no la Asamblea, solamente el voto popular y otorgan un mandato de Ley
Habilitante al presidente antes de irse. Nosotros también debemos jugar en
todos los escenarios pero eso requiere que, también nuevamente, el liderazgo
político sea capaz de resolver ciertas preguntas muy importantes que no las
resolvió adecuadamente en su momento, y que sigue sin resolver. El tratamiento
que se hizo de la convocatoria que hizo López desde la cárcel fue incorrecto,
inicialmente se dijo no vamos, y había que entender que López, quieras tú a
Leopoldo López o no es un patrimonio del movimiento político, seas tú militante de
Voluntad Popular o no, eso es irrelevante y es precisamente el trascender ese
tipo de cosas lo que no ha terminado por lograr hacer. Hay cosas donde no nos
podemos permitir cometer errores. Yo pienso que el tratamiento que se le dio a
la candidatura de María Corina fue incorrecto, ¿por qué?, porque ahí era
necesario un gesto, independientemente de la metodología, era necesario un
gesto importante y ella se merecía ese gesto importante, no porque sea mujer,
ni nada de eso, sino porque ella es un símbolo de esa lucha para un sector, que
también es indispensable, y quienes están desarrollando toda la estrategia
colectiva tienen que entenderlo. Entiendan que cuando tienes cuatro capitanes o
cinco capitanes que son símbolo para un sector, los tienes que asumir como
símbolo colectivo, ese es el gran ejemplo que tiene que dar el liderazgo: Son
mis símbolos también. Por eso cuando las barbaridades como las que se llegaron
a decir cuando preguntaron cuál es el plan para sacar a López y decir no hay
ningún plan porque él se metió solo, eso es inaceptable. Es inaceptable de
nuestro lado. Tú siempre puedes reconocer el plan de los otros y denunciarlo,
lo que no puedes nunca es achacarle al otro tus propios errores y tus propias
carencias, eso no lo puedes hacer. Pero como te digo uno, te digo lo otro:
Estamos en la mejor situación posible, en este momento, y eso es obra también
del trabajo de gente como Aveledo, de Torrealba y de toda la gente que está
metida allí. Ver en blanco y negro es un gran inconveniente, es un gran error
en una situación que está llena de colores.
“En el camino
se han cometido errores, claro, y cometerlos frente a un adversario que no te
da cuartel, y te los cobra con sangre, es letal. Además ellos han hecho una
obra de gobierno que es galácticamente infame, y no se les puede cobrar porque los
cobradores están ocupados, muchas veces en dirimir sus conflictos internos,
cuando este es el momento de cobrarle a los tipos el desastre que están
haciendo. Se están cobrando entre ellos mismos. A veces percibes que mucha de
las cosas que el chavismo ha traído de desastre, la gente de nuestro lado la ha
reproducido también y terminan por disputarse el liderazgo de lo que viene
cuando en realidad no se ha construido la transición. ¿Qué propuestas hay a
futuro? ¿Cómo se va a garantizar la seguridad del país? Tienes unos tipos que
van a pasar a convertirse en conspiradores activos, entonces esa es una
pregunta mayor, extremadamente importante. Es el escenario más pavoroso que
podría anticiparse de las palabras del cura Alejandro Moreno, el tema de la
seguridad, en la eventualidad que se produzca un cambio, es un tema
absolutamente esencial de seguridad nacional, de seguridad pública. Y no
podemos descuidar cuál es el reto ahorita, que no puede competir con ningún
otro: Quitarle espacio a la oligarquía más corrupta y más extremista del
chavismo”. Sin embargo, concluye nuestra conversación: “Lo que viene después
depende de muchas negociaciones, para lo cual todavía estamos a tiempo, porque
vienen momentos muy exigentes. Yo creo que tenemos un chance”.
© Alfredo Cedeño
1 comentario:
Años sin leer un trabajo como este, con una taquicardia en aumento con la ingesta de cada párrafo. Excelente descripción de posibilidades, escenarios y la "ñinga" de esperanza en el colofón, a la cual quiera asirme. Duro texto, pero tan cierto que por eso duele. Pero, hay un chance, que depende de ti, de mi, de todos los que anhelamos un cambio. Hay que leerlo. Es Justo y necesario.
Ylleny Rodríguez
Publicar un comentario