Mostrando las entradas con la etiqueta Lorent Saleh. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Lorent Saleh. Mostrar todas las entradas

miércoles, octubre 31, 2018

BENDITA INCONSECUENCIA




                La que fuera la tacita de oro de Latinoamérica se ha convertido, por obra y gracia de la magia roja, en una bacinilla desportillada a la que ahora todos se tapan la nariz y miran de reojo. Venezuela es una pústula en las asentaderas del mundo y nadie encuentra como sajar dicho absceso sin que la cura termine siendo peor que la enfermedad. Ya la diáspora criolla se ha convertido, y lleva años en eso, en una complicación casi inmanejable para los vecinos y el planeta entero. Colombia, Brasil, Perú, Argentina, Chile ya comienzan a mostrar los dientes, y no dejan de tener razón, ante un flujo humano que colapsa sus propias entidades de atención social y humanitaria.
                Trinidad, Curazao y Aruba, ahora boyantes escenarios, para nada recuerdan el chorro de dinero que humildes contrabandistas y pomposos turistas inyectaron a sus entonces enclenques economías. Ni qué hablar de lo que significaron en su momento para Estados Unidos y media Europa frente a lo que ahora ocurre. Todos lucen desesperados porque se arregle el tema venezolano, ya el problema no es ajeno, les está perturbando de una y mil maneras,  ha dejado de ser un escenario al cual se le puede sacar provecho pese a todo.
                Entre tanto, y sin otras previsiones en el horizonte, la procesión sigue bien adentro. La unidad es una entelequia donde se refugia cierta grey hiperbólica con alboroto prediluviano y gestos pontificales. Sobran los Noé que aseguran ser los amos de la verdadera arca en la que se salvará "el país nacional", como les encanta decir a los cuatro vientos.  Desde afuera llegan voces que cada vez se tornan más duras, ante la conducta más propia de mocosos que de dirigentes, exigiendo la bendita unidad que el país lleva años exigiendo. 
                Sin embargo, ahora vemos un coro que vocifera la más genuina y conmovedora preocupación por Brasil y el triunfo de Bolsonaro… ¡Parejeros! ¿Acaso no demostraron las instituciones brasileñas que su sistema de justicia es capaz de poner en su sitio a los delincuentes sea cual sea su nivel? ¿Lava Jato fue una maniobra fértil del imperio? Dejen la payasada y ocúpense de pensar seriamente en el país. No hay tarea más necesaria que hacer foco en nuestra tragedia. Es insólito que el intento de asesinato de María Corina Machado en Upata; las torturas a las que fue sometido Lorent, y que gracias al diario El Mundo, en España, ahora conocemos; y que la ejecución de Fernando Albán, entre otros infinitos casos, ahora sean relegados y se ceda todo a "la preocupación" por la elección de Bolsonaro.

© Alfredo Cedeño

miércoles, julio 04, 2018

¿TIEMPO DE ACIERTOS O DE YERROS?


 
                Suelen haber pronósticos que yerran de manera rotunda y otros que dan de pleno en el blanco. Las labores de augures no suelen ser consistentes, pese a los intentos que las ciencias sociales llevan años tratando de lograr a través de los mecanismos demoscópicos.  Hay algunas contorsiones que en un momento u otro pueden dar algunas señales que, de ser interpretadas correctamente, pueden acercarse a una interpretación bastante acertada a los resultados finales.
                Por ejemplo, era obvio que un sátrapa como Daniel Ortega repetiría al calco su aferramiento al ejercicio presidencial. ¡Cómo le gusta el poder a los zarrapastrosos! Es ahora, cuando junto a su muy celestina esposa, quien llegó al punto de callar ante los abusos sexuales contra su propia hija por parte del ex comandante, que muchos descubren el agua tibia y claman contra el dictador Ortega. ¿Recuerdan al expresidente Herrera Campins y su tarde piaste pajarito?
                Donde todos los pronósticos fallaron fue en el caso del presidente ecuatoriano, Lenin Moreno. Lenin Boltaire dejó con los crespos hechos a propios y extraños, muchos garantizaban que sería una continuación de su predecesor, el muy rojito Rafael Correa, y muchos vieron en su desafortunada condición física, secuelas de un atraco en 1998, una subordinación que él muy pronto desmintió a través de su ejercicio del gobierno.
                También  se malograron las predicciones en el caso del, ahora Nobel de la Paz, presidente de Colombia Juan Manuel Santos. Él llegó a la Casa de Nariño montado sobre los hombros de Álvaro Uribe, de quien fue su eficaz ministro de defensa. Uno de sus éxitos más pregonados en su momento fue la autorización del operativo del ejército colombiano que dio muerte al guerrillero Raúl Reyes en territorio ecuatoriano. No pocos cruces verbales hubo en sus tiempos ministeriales con Chávez y su combo. Todo hacía creer que sería una piedra en el zapato al proyecto chavista, pero –¡Oh sorpresa!–, el señor terminó de manos enlazadas con sus vecinos y fue así como en 2011, antes que entregar a la DEA estadounidense al narcotraficante Walid Makled, lo cedió al gobierno venezolano. Lo mismo hizo con el activista Lorent Saleh, a quien el pasado año el Parlamento Europeo le concedió el Premio Sájarov para la Libertad de Conciencia, que languidece en las mazmorras de la dictadura madurista.
                La lista es inmensa. Por los momentos la cierro con el reciente triunfo en tierras mexicanas del muy agitado Manuel López Obrador. Todos insisten en señalarle como émulo de Chávez-Castro-Maduro-Ortega. Ojalá sea un eco de Moreno y que todas las previsiones fallen, el pueblo de la Guadalupe y Juan Diego, de  Quetzalcóatl, de Olmecas y Toltecas, de sor Juana Inés de la Cruz y Juan Ruiz de Alarcón, de Julieta Venegas y Maná, de Carlos Fuentes y Octavio Paz lo merecen. Ya no caben más penas en nuestro continente.

© Alfredo Cedeño

Follow bandolero69 on Twitter