En las noches aparecen los delirios,
tus manos me escurren canciones
y tu boca se presenta a cobrarme.
Llegaste suave, esbelta y altanera,
como una cinta bermeja de pimentón
encima de una paella sin memoria.
Apareciste de busto breve y preciso,
como las cayenas abriendo temprano
en las albercas grises de los parques.
Me derribaste con impulsos suaves
como las cenizas que llegan a Sicilia
en los días de alboroto del Stromboli.
© Alfredo Cedeño
1 comentario:
¿Qué hago? Si aún no he podido arribar, mis ojos llenos de telarañas y mis pistilos intoxicados, sienten la lava del Etna...y tú junto Rossellini esperándome en el Stromboli...o ¿Es que acaso estás en el café de la esquina?
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