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miércoles, junio 13, 2018

¿TIEMPO DE QUÉ, ESPACIO PARA QUÉ?


                No logro recordar su nombre, eran fines de la década de los 70, y él estaba a punto de graduarse de sociología. Pero lo recuerdo en el cafetín de la escuela de comunicación en una de sus mesitas sentado con un vasito rebosante de ron, que simulaba ser café, mientras decía sin vacilación alguna: Los adecos son la expresión por excelencia de lo que es ser venezolano. Por supuesto, no había quien no le cayera encima. Soltar aquello en el seno de la siempre contestataria e irreverente Universidad Central de Venezuela era una apostasía. Sin embargo, él se mantenía en sus trece y solía cerrar: No hay peor sordo que el que no quiere escuchar, cáiganme a coñazos si quieren pero en el fondo todos somos adecos.
                ¿Tal vez ahora todos somos chavistas? ¿Cuál es la diferencia entre ambos sectarismos? ¿Qué nos impide asumirnos con honestidad en el análisis y diálogo para alcanzar una verdadera conducción democrática del país?
                La coincidencia en la condena al momento actual de Venezuela se muestra unánime. Sin embargo, tal parece que hay unos más condenantes que otros. Es decir, aquellos que más vociferan y más alardes de machos vernáculos hacen son más que el resto de quienes formamos parte de esta realidad caribeña, tercermundista  y ahora infradesarrollada.  Cuestionamos el modelo militarista caudillesco pero como opción a ello se nos ofrece ser mudos y obedientes lazarillos que debemos someternos a los desvaríos de una dirigencia pródiga en derrotas.  ¡Ay de aquellos que osemos recordar desbarres o ciertas militancias no lejanas! Ni hablar de quienes exigimos claridad en la conducción de la lucha contra la dictadura.
                Es prolífica la barra de quienes apoyan de manera categórica a la "dirigencia" opositora, de nada sirven las explicaciones –y no pocos hechos– de la pésima conducción que hasta ahora han realizado. Son tan rabiosos como el bojote mal amarrado que con su mazo dicta sentencias desde su bodrio televisivo. Se nos exige una sumisión total a esa camarilla, cual el teniente malencarado que ahora pretende apropiarse de El Nacional por medio de una sentencia que debe haber redactado él mismo, atorrante que sólo ha cosechado derrotas de manera reiterada.
                Se agita el trapo de la unidad para imponer una dictadura de quienes no han sabido darnos democracia, y se nos pretenden imponer nuevas multas a todos los que nos oponemos a que un grupete de tenientes deformes nos siga marcando el rumbo. Exigen espacio para hacer lo que se les antoje, y piden más tiempo para seguir entregándose sin rubor a capitulaciones deshonrosas. Y encima nos exigen silencio… Cáiganme encima como al estudiante aquel, pero en el fondo: ¿Terminaremos todos chavistas? Después de todo, en la casa del señor Cabello, allá en Monagas, funcionaba la sede de Acción Democrática en sus buenos tiempos.

© Alfredo Cedeño

miércoles, abril 25, 2018

CORO DE ÁNGELES


                 De un tiempo a esta parte y gracias a las, por lo visto bipolares, redes sociales hemos podido enterarnos de más cosas de lo que muchos quisieran.                Hablo del trastorno de las herramientas cibernéticas porque son amadas u odiadas con voluble ímpetu, lo mismo las acusan de embusteras que de reencarnación de Veritas, diosa romana de la verdad, no de Las Veritas de Maracaibo ni el de Barquisimeto. Tampoco se trata de mezclar churros con merinas, para decirlo en argot madrileño, y así no usar lo que por acá se acostumbra de no confundir ciertos apéndices pilosos con las pestañas.
                Lo cierto es que, ensalzadas y vituperadas, han sido bastante útiles para encontrar a una verdadera pléyade de querubines que ahora son la reencarnación de Carlos Andrés Pérez enfrentándose al comandante galáctico y al bailador de bigote abundante. Así vemos a una cocinera actriz, que hace nada se hacía lenguas del proceso, descubriendo su amor parvulario y platónico por el otrora alcalde y gobernador de predios mirandinos. También es generosa la aparición de muchísimos que fueron eficaces verdugos, a la hora de reprimir o coaccionar a quienes pudieran someter con sus poderes que juraban eternos, pidiendo clemencia en otros países de los que denigraron hasta que casi se les cayó la lengua. Oficiales, jueces, fiscales, directores generales, sargentos, cualquier alimaña de semejante pelaje y tenor ahora son "perseguidos por la tenebrosa tiranía roja…"
                Ni hablar de aquellos que gozaron de la espléndida ubre roja, la cual ordeñaron a conciencia y sin consideraciones algunas. Jamás de los jamases se aprovecharon de modo alguno para disponer de los fondos públicos a su real antojo y según su perra gana. Lo mismo pasa con ciertos traficantes de alimentos que ¡en su vida! le vendieron siquiera una manzana partida por la mitad, o un cuarto de pernil, al desmadre chavista. Ellos nunca suscribieron contratos algunos con los godos rojos. ¡Ave María Purísima! Y se santiguan al revés mientras se golpean el pecho con entusiasmo de fervorosa meapilas. 
                La gente que es envidiosa y le gusta murmurar hace uso de los satánicos teclados para, por ejemplo, levantar falsas calumnias al ahora Mr. Universo consorte. El que fuera un zar de la alimentación ahora es un serafín, y su señora esposa nunca tuvo tratos con la diablera roja. Ella fue gobernadora de Nueva Esparta lanzada por el movimiento subversivo Ñeros de Paraguachí que la hicieron su soberana.
                Tal parece que, cual versión tropical y muy subdesarrollada de Fuenteovejuna, ninguno lanzó una sola pedrada, y más bien todos pretenden ser el Comendador Mayor de Calatrava, don Hernán Pérez de Guzmán, pero ajusticiados por el malandraje que desgobierna nuestro país.  Y todos ellos son inocentes víctimas a los que vilipendian los murmuradores. Cosas veredes…

© Alfredo Cedeño

sábado, mayo 28, 2016

LA CASQUIVANA VIRTUOSA

                 Si el momento que vive Venezuela no fuera tan profundamente trágico, el escenario mal llamado político sería la mejor representación de una ópera bufa.  Tal vez con algunas características de El Barbero de Sevilla, otras de Falstaff, también de La serva padrona, y lógicamente que no le podían faltar de El triunfo del honor.  Por supuesto que no hay en momento alguno compases de Rossini, Verdi, Pergolesi o Scarlatti; lo más que puede haber, como en efecto termina ocurriendo, es que este drama en muchos actos se desarrolle al ritmo de un patuque rítmico digno de la Billo´s Caracas Boys. No en balde Luis María “Billo” Frómeta era hijo de Santo Domingo.
                A mediados de la tarde de este viernes 27 de mayo, los queridos Ascensión Reyes y Hernán “Ñapita” Lugo, manejaban la información del encuentro que se llevaba a cabo en La Romana. Un descuido permitió que la exclusiva se diera a conocer antes de tiempo, y de ahí que antes de las 7 de la noche ya la noticia, para seguir en el ritmo caribeño, era, tal canción del Tite Curet Alonso, Periódico de ayer. Pero no abandonemos los predios operísticos y tornemos a la idea original. Ya son memorables los gestos de vestales ofendidas con que ciertos voceros de la mal llamada “oposición” ahora nos encaran altaneros a quienes hemos reclamado por lo que a todas luces no era más que otra bribonada a la que se veían claramente encaminados.
                La muy denostada María Corina Machado fijó pronto posición y anunció  a través de las redes sociales: “Yo no sé de esta reunión. Lo único q hay q acordar es liberación de los presos políticos y la salida d Maduro en 2016”. Carlos Ortega desde Lima dijo: “Se inicia dialogo en República Dominicana entre representantes del colombiano, los Castro y oposición oficialista”. A las 9 y media de la noche, por la misma vía, bien dijo Antonio Sánchez García: “Han pasado más 3 horas desde que se destapó la noticia. ¿No habrá en Caracas quien la desmienta? ¿O están todos en La Romana?” La lluvia de críticas fue abrumadora, por supuesto que del lado opositor el silencio fue impenetrable. Apenas a las once y un minuto de la noche del viernes un conspicuo defensor de la MUDa expresó en privado en un chat al cual tuve acceso: “Yo negocio bien. Tú negocias, bien. Nosotros negociamos, lo mejor.  Ellos negocian que bueno. El negocia, ellos negocian traidores”.  Un par de horas más tarde, alrededor de la una de la madrugada del sábado el expresidente Pastrana también manifestó su asombro y señalaba: “Es increíble que representantes @ernestosamperp @unasur en diálogo con la oposición venezolana ninguno es de Suramérica”.
                La impresión que prevalece es que hubo lo que en argot futbolístico llaman posición adelantada y alguien, por interés o ingenuidad, dejó saber lo que hasta ese momento había venido siendo un encuentro sigiloso, al menos por parte de la MUDa, y dejó con las nalgas al aire a Raimundo y Segismundo. La pregunta natural es: ¿Por qué la clandestinidad? ¿Por qué dar pie a ideas infundadas si todo es transparente? ¿Por qué la dirigencia opositora no fue capaz de dar una respuesta inmediata a la situación? ¿Por qué fueron plañideras y fanáticos quienes salieron a dar la cara ante una situación en la que era evidente la necesidad de que se ofreciera una respuesta clara y contundente a lo que estaba pasando?
                En breve tiempo veremos a varias voces pretendiendo bramar al mejor estilo del profesor Don Bartolo, en contra de quienes hemos osado pedir cuentas claras. Por lo visto estamos en tiempos donde la opacidad es el bien más preciado. De mejor manera no ha podido expresar el ya citado Antonio Sánchez García este sábado 28 en horas del mediodía: “Estar contra un diálogo es ridículo. Dialogar en trastiendas para abrirse de piernas, es escandaloso”.  Y tal parece, por las reacciones de vírgenes escandalizadas de ciertos sectores opositores, que las dichas niñas fueron sorprendidas con sus vergüenzas al aire, lo cual habla poco a favor de sus pregonadas virtudes.
                Ahora bien, al César lo que es del César, mientras del lado de acá de la cancha vemos unos movimientos torpes y poco ágiles, casi estuporosos, del lado rojo vemos a una vociferante “cancillera”, entiéndase   Delcy Eloína, publicar: “1.La República Bolivariana de Venezuela informa q se han realizado los primeros encuentros para un diálogo entre el gobierno y la oposición”, abunda ella diciendo que el gobierno venezolano está representado por su hermano Jorge Jesús Rodríguez, Elías “capuchita” Jaua y ella misma. Por supuesto que no deja de notificar quienes fueron su contraparte, pero de ellos no da nombre y se limita a enunciar: “asistieron representantes de Acción Democrática, Voluntad Popular, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo”.  Cierra ella su información con dos frases que me llaman la atención: Agradecemos ala SecGral UNASUR y alos ex pdtes Zapatero,Torrijos y Fernández por su acompañamiento respetuoso en esta iniciativa d diálogo; y Acompañamos al pdte @NicolasMaduro en esta iniciativa con la fuerza de nuestro Libertador Simón Bolívar: "el amor por la Patria vencerá".
                Como bien pueden imaginar no puedo yo sino pensar mal de todo aquello que suene o parezca laudatorio al señor aquel de los bigotes.  No creo en ingenuidades rojas, estos señores son muy hijos de la madre que los parió, pero pendejos no son y si algo han demostrado a plenitud es su perversidad para conducirnos hasta donde a ellos les interesa. Y si otra cosa han confirmado a cabalidad es la “inocencia” con que la “dirigencia” democrática se ha dejado llevar hacia donde ellos han querido siempre. Creo que es ocasión para, en similar sentido, traer el tema de Leopoldo a la mesa, ya que en innumerables ocasiones, así medio hechos los pendejos que llaman, han dejado ir creciendo la matriz de opinión de que él ha sido un adalid de la violencia. Nada más falso y canallesco, él lo único que siempre dijo era que la presión debía ser desde la calle, en un marco constitucional y pacífico, para obligar a la recua de tunantes estos que dicen gobernar a que se redirigiera el rumbo del país, y que ello desembocara en un salida de esta pesadilla en la que estamos sumergidos desde hace ya 17 años.
                No deja de llamarme la atención que recientemente en un artículo de cierto ex vocero de la sociedad civil ante el sindicato de partidos opositores, y cercano a los altos mandos masistas,  asomara la figura de Leopoldo como quien mejor podría encarnar la visión unificadora necesaria para rehacer el país.  Pero volvamos a lo nuestro: Otro silencio retumbante es el del por mí llamado Bobo de la Yuca, el señor Capriles, quien últimamente opina hasta del color de las enaguas de las niñas del coro de la catedral de Viena, pero que ahora no dice esta boca es mía. Este mar encrespado que comenzó sus olas en Santo Domingo, apaciguaron las que este señorito provocó recientemente en Brasil donde presto y orondo declaró contra las medidas que el Senado de ese país tomó contra la pícara Dilma. El mismo que bramó contra Alvaro Uribe, en el marco de su primera campaña presidencial, exigiéndole que no se metiera en los asuntos de Venezuela… El muy asno arremetió contra Uribe sin entender que el paisa trataba de resaltar su personalidad frente al momento histórico que le tocaba asumir al medirse electoralmente con el difunto.
                Las lecturas son infinitas, apenas podemos comenzar a hacerlas y la evolución de los próximos días nos dirá si hemos sabido interpretar correctamente el argumento de esta pieza casi tragicómica en que se empeñan en obligarnos a participar rojos y Mudecos. Por lo pronto ambos lucen abandonados por la capacidad de convocatoria. Ya los del lado acá se solazan en achacar a la gente su escasa participación como la causa principal de la permanencia del señor bigotudo, ni de vaina asumen que sus liderazgos están profundamente cuestionados por una colectividad que cada vez les cree y respeta menos. Por los momentos sus actos son más numerosos que los de los otros pero por algo cada vez que convocan aparecen luego cual plañideras quejándose por la poca asistencia.
Ruego porque el desenlace de esta tragedia que es realmente lo que vivimos se resuelva a la altura de nuestro país, y que sean los versos de Va, pensiero que Verdi incluyera en su ópera Nabucco lo que entonemos al final:
¡Vuela pensamiento, con alas doradas,
pósate en las praderas y en las cimas
donde exhala su suave fragancia
el dulce aire de la tierra natal!

© Alfredo Cedeño

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