sábado, noviembre 04, 2006

MÍAS

Mis manos se estrellaron en sus piernas rebosantes de presunciones
sin garantías de poder encontrar puñales de cortar jazmines limpios
en sus talones de telones que abren paso hasta su cama de pecados
donde aprendí a morir cada vez que me acribilló lentamente a besos.

Mis resuellos de libertades alzaron un pabellón de orillas gualdas
con la parsimonia de una azucena que deshoja esperanzas descalzas
en la maroma que contorsionaba su ombligo en mi boca desbarrancada
para ir conociendo los caminos a las salmodias de un delirio lascivo.

Mis retornos no fueron retruécanos para entrampar los llantos abiertos
sin razones de las repuestas que se esconden remontándose en los besos
donde el cariño abusa destruyendo dolores que maldicen y bendicen
entre miradas dulces como pasos primorosos de hembra hasta mi lecho.

Y mis sabores se fueron desnudando de angustias entre caléndulas
plantadas en mis huellas para tratar de hacerme el cariño más extenso
como paso de baile de vieja rumba a la orilla de un lago dormido
que despertamos con retumbar de largos jadeos flotándonos en la risa.

® Alfredo Cedeño

3 comentarios:

Anónimo dijo...

.......que despertamos con retumbar de largos jadeos flotándonos en la risa.

Alfredo
Bellísima inspiración para un hermoso despertar, bella secuencia de los hechos!!!!

Un beso
Gata

Anónimo dijo...

Tus manos...tiernas,como tus caricias, tus resuellos...hasta dormido, tus retornos...me alegran la vida, pero definitivo...nada como tus sabores.

Todos mis besos para usted.

Anónimo dijo...

Desnuda como una maldición que acaba la vida, las mías tocaron el cielo. Ch.

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