La perorata de los caciques es siempre la misma
ofrecen un manto de oro inagotable a los infelices
amenazan con un baño de fuego a los plutócratas
prometen una versión amplia y mejorada del Paraíso
aseguran que encarnan la palabra y acción de Dios
cacarean hasta la ronquera contra las injusticias
y siempre terminan en un muladar retórico y vacuo
entregando más fuerza y oro a los más poderosos
permitiendo un baño de mierda a los menesterosos
olvidando veloces sus ofrendas ante dioses en metálico
soltando los demonios de sus necedades más insólitas
silenciando implacables todos los sueños de sus fieles.
® Alfredo Cedeño
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