domingo, noviembre 19, 2006

CANCIÓN 5

Tres compases de un piano alabastrino
colgaron lunas en tu espalda lasciva
donde mi boca peregrinó desfallecida.

Tres suspiros de tus piernas osadas
me otorgaron un anticipo del paraíso
con aromas de dátiles en las caderas.

Tres linternas nos iluminaron los ojos
y encontramos el camino de uno a otro
como las líneas de un verso realengo.

Tres caricias con tus dedos de mañana
me cerraron las noches que cargaba
encima y debajo del corazón mohoso.

Tres canciones quebradas con ritmos
trajeron tu voz de suavidad errante
cediéndome tus orgasmos resonantes.

® Alfredo Cedeño

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi cuerpo dividido a tres, embadurnado de dátiles hasta en la sombra tararea su canción. Ch.

Anónimo dijo...

Quiero... tantos amaneceres, de esos que dejan huella en cada rincón, la eternidad en un beso tuyo, tormenta y calma de mi piel
la ilusión de tu voz, grito ahogado por el tiempo, por el pasado.
Quiero... atrapar tus abrazos, confesiones secretas y silenciosas,
aprender contigo y curar tus heridas más antiguas, ecos evidentes de dolor

Luna

lunilla dijo...

hermoso¡¡¡¡¡
tus versos cantan por si solos. besos
blue

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