Me declaro incapaz de encontrar alguna palabra
para testimoniar que digo la verdad y solo la verdad
pero si es que mi palabra sirve todavía para algo
les juro que fue tal como ahora voy a contar:
yo venía de una tranquilidad que no entendía
de una paz casi seráfica en cuerpo, mente y alma
cuando súbitamente y sin ningún aviso ni protesto
aquel borde de pantaletica se asomó socarrón
por encima de aquel pantalón vociferante
y aquellas nalgas en el summun de la perfección
me volvieron a sacudir todos los ángeles perversos.
® Alfredo Cedeño
2 comentarios:
Que pena que algo tan lindo sea POSEIDO........ nunca una posesión es buena, que no es querido ni aceptado. Porque se niega a aceptar lo que le pasa poeta?
Anónimo
La ausencia de foto hace suponer que la posesión del sujeto poseído es absoluta. Salud.
Ylleny Rodríguez
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