“Yo toda la vida he tenido
compromiso político con lo que pasa en mi país y lo he expresado públicamente,
me parecen unos genuflexos los que dicen: yo no hablo de política”. Él habla
mientras se convierte en Edmundo Chirinos al cual representa en Sangre en el diván, de Ibeyise Pacheco,
obra que montó recientemente en el
teatro Trail de la calle 8 de Miami…
Hijo de un viejo y honorable
camarada, de aquella digna cepa que alguna vez brotó del Partido Comunista de
Venezuela, y que sufrió prisión por largo tiempo. “Mi papá fue
encarcelado el mismo día que yo nací y estuvo cinco años preso, por eso no
entiendo a Leopoldo por qué se entregó, no lo entiendo; yo me escondo, me voy
pa´l coño, pero no me entrego. Yo creo que Leopoldo sacó unas cuentas mal, es
la percepción que tengo, que no le funcionaron. Alguien le dijo nosotros vamos
pa´lante y no lo fueron, tú no puedes entender él con Diosdado, con ESE
delincuente…”
Manrique quien fue discípulo de
los queridos, recordados y necesitados maestros Enrique Porte y Juan Carlos
Gené, llegó a manos de ellos por lo que él llama “ir de carambolas” ya que su
papá habló con Rodolfo Izaguirre, quien a su vez le aconsejó hablar con José
Ignacio –Cabrujas, por supuesto-, quien a su vez le dijo que fuera a estudiar
con Porte y Gené, quienes sostenían, i
illo tempore, una sociedad del Taller del Actor con el Taller de Formación
del CELCIT, versión preliminar del Grupo Actoral 80, donde él ingresó. Todas estas “carambolas” hicieron que 32 años
atrás, el 13 de octubre del 1983,
debutara como actor y asistente de dirección en la ópera prima de Ricardo Lombardi Pedazos, bajo la
batuta del sureño Gené.
Él se define como “genesisano”,
manera de expresar su acendrado apego al célebre método, eufemismo empleado en el mundo teatral para referirse a la
metodología actoral creada por el ruso Konstantín Serguéievich Alekséyev, más
conocido por el seudónimo Konstantín Stanislavski y cuyo sistema de enseñanza
actoral ha producido maestros de las tablas como: Ryszard Boleslawski, Vsévolod
Meyerhold, Michael Chekhov, Lee Strasberg, Stella Adler, entre muchos otros.
Habla mientras se prepara para
salir a representar al ex siquiatra de Chávez. La metamorfosis no deja de
impresionar. A esta altura quiero, para no perder la costumbre, desvariar un
poco con ustedes: una de las tantas cosas que he hecho en la vida al calor del cariño de mis amigos, en esa oportunidad por el afecto que me une a Jesús
“Chúo” Torrealba y por aquello de no poder evitar caer en provocaciones, en las
elecciones de 1988, donde Edmundo Chirinos fue candidato presidencial lanzado
por el MEP y el PCV, hice las fotografías que luego se emplearon en la
publicidad de su campaña como aspirante a la primera magistratura. Por ello viví
una verdadera analepsis, también llamada flashback, cuando le vi transfigurarse
paso a paso.
“Está hablando una persona que
conoció a Chirinos, que fue padrino de mi hermano menor. Mi madre murió hace
dos años pensando que Chirinos era un
hombre muy bueno, no te estoy hablando de una persona a la que no conocía. Fue una persona a la que
conocí y mucho. Para mí maquillarme ahorita para salir a esto… mientras mi
padre estuvo cinco años preso quien llevaba
el Niño Jesús a mi casa era Edmundo Chirinos, (la emoción se siente a
flor de ojos, y sobreviene una pausa que se me hace infinita). Eso era Edmundo
Chirinos para mi familia, pero uno como artista, como ser social, tiene una
responsabilidad. Creo, y lo discutía mucho con
mi papá que era gran amigo de él, que a una persona como Chirinos le
terminan pasando cosas como estas porque nosotros somos una sociedad de
cómplices, nosotros no le llamamos la atención
a los amigos sobre las cosas que crees que está haciendo mal, ni la
familia, nadie. Como sociedad somos muchas veces cómplices de este tipo de
cosas…”
Hace rodar el creyón de
maquillaje sobre sus mejillas, aspira hondo y sigue: “En un hombre habita todo,
un hombre es todos los hombres. En uno habita lo bueno y en uno habita lo malo.
Una persona que mata a un paciente es una persona fundamentalmente mala. Si tú tienes una clínica y ese día le dices a
todos los empleados de tu clínica que no
quieres que esté nadie es porque algo tienes en la cabeza.”
Gestos, voz, mirada, todo es el
ya difunto siquiatra. No fueron en vano los ocho meses que se tomó para
preparar el papel y perder diez kilos de peso. La veteranía se impone y
mientras se prepara sigue explicando: “Todas las palabras que oirás esta noche
las dijo él. No son inventos de Ibeyise ni mío, son palabras que él dijo en un
momento determinado. Edmundo era un tipo
raro, sus gestos, sus ciertos amaneramientos…” Vuelve a aspirar, para soltar
sin anestesia: “A las mujeres les encanta un marico, él no lo era pero a ellas les encanta, porque
se sienten libres, para mí eso era parte de una estrategia, hay amaneramiento y
las mujeres se relajan, pero en ese sentido él nunca tuvo fama de tal, todo lo
contrario su fama siempre fue de mujeriego. Un tipo como Chirinos que además
era tan conocido públicamente si hubiese sido gay algo se hubiese sabido, pero nada. La verdad
que amanerado no era, más bien era muy afectado. Era un encantador de serpientes. Por algo él
y Chávez fueron grandes amigos, Chirinos era mucho mayor que él aunque Chávez
era un tipo demasiado potente como para enseñarle algo, debe haberlo ayudado en
algunas estrategias, pero Chávez en sí
mismo era un hombre muy potente en todas sus cosas.”
Su interpretación ha producido
situaciones como la que le tocó vivir en el hotel Kristoff de Maracaibo donde
se le acercó una pareja de ancianos a decirle: Doctor Chirinos muy bien lo que
usted contó el otro día en el Teatro de Bellas Artes. Acota Manrique: “No se
habían enterado que se había muerto ni un coño.
Yo me quedé loco y les dije ¿cómo? Si, si usted tiene mucho valor de
contar toda su vida ahí como la ha contado, nosotros decíamos este es un hombre
grande. No los saqué del error. La señora me decía: pero tienes el pelo blanco;
le dije: es que con las luces se ve negro…”
Asume su oficio con humildad y explica
que no puede hablar de trascendencia de nada de lo que hace “porque hay que
esperar mucho tiempo para ver si las cosas trascienden, además este es un oficio que no trasciende nada,
termina la función y ya. Los actores hablamos mucho del oficio para darle importancia, tratar de dejarlo en el corazón de la gente,
pero este es un oficio que termina muy rápido.”
Por varios años fue profesor en
la academia de actuación de Venevisión, “cuando ellos me llamaron para hacer
eso puse mis condiciones: clases todos
los días desde las 7 de la mañana hasta las 12 del dia y de lunes a viernes y
sino, no daba clases; y te encuentras unas sorpresas muy agradables.” No esconde su desprecio por el Miss
Venezuela, “no las participantes, lo que no quiero es hablar bien del Miss
Venezuela, si fuera por mí lo elimino hoy, lo elimino porque me parece una mierda el certamen, Osmel Sousa, todo eso. Yo no lo
veo nunca, me cuido mucho de contaminarme.” Y el viejo militante salta de nuevo
al ruedo: “Yo soy un carajo que hago trabajo político, yo me escoñeto en el país todos los días y me cuido de no ver mierda. Me parece muy
bien que Patricia Velázquez haya escrito su libro, lo que me parece es que lo
escribió muy tarde.” Y cierra: “Miss Venezuela es un sitio que es un asco, pero de ahí he conocido chamas y chamos del carajo.”
Al terminar con su rostro es el turno
del cabello y comienza a teñirlo de negro, mientras destaza a la televisión: “Se
ha acabado la novela de autores, de tipos que tienen una vaina en la bola, que
saben decir cosas. Eso se acabó porque no se está haciendo televisión en Venezuela,
la autocensura de los canales se han puesto de una forma bien decepcionante,
los canales en Venezuela son unos lameculos… ¡Ojo!, uno no tenía porqué pensar
que fueran distintos, uno ha estado ahí metido, uno los conoce, pero esta forma
como ellos han abandonado la realidad del país, los problemas que hay, a mi
hermano Henrique Capriles no lo sacan en
ningún canal de televisión nunca, ¡no existe!, eso es muy coño de madre.”
Y ya que anda por la cacareada “pantalla
chica” dice que Guerreras y Centauros, el bodrio que Henry Galué anda haciendo
para Tves, debe ser la novela más cara que ha habido en el país. No critica a sus
colegas que trabajan en dicha producción porque “hay gente trabajando ahí por
una cosa muy razonable, porque sencillamente necesitan plata, tiene que ir al
supermercado. También hay los acomodaticios
como un Roque Valero, que me aparece de un día al otro chavista.” La
indignación es indominable y revela: “Él vivía llamándome todos los días: Coño
dile que hoy lo vi en el noticiero de Venevisión y habló de su abuela y se
conmovió , eso es lo que tiene que hacer. Roque vivía mandando dos mensajes al
día y eso lo juro por mis hijas. ¿Y de repente aparece en esa? ¡Nojoda! Ah porque
le estaban dando unos reales, porque eso si lo sé.” Agarra aire, y ya embalado prosigue: “Siempre
he opinado porque creo que los artistas tienen que opinar como cualquier
ciudadano sobre lo que está pasando; yo no me debo a mi público, me debo a mi
conciencia. He apoyado a Henrique y estuve
con él toda la campaña acompañándolo, pasamos semanas montado en una avioneta
recorriendo el país, y lo he hecho porque creo que podría ser un presidente del
carajo para el país.”
No duda que en las elecciones
venideras la oposición ganará si va con los mejores hombres y mujeres en las
postulaciones. “Si tenemos los mejores candidatos ganamos. Todas las encuestas
lo dicen, las ultimas encuestas en Miranda dicen que de doce ganamos diez… el
chavismo lo sabe y por eso es que están
todos los días provocando un peo, pareciera que Obama es el jefe de campaña de
Nicolás Maduro. Nosotros no tenemos
medios de comunicación, nosotros no tenemos pantalla, nosotros no tenemos un
coño, nosotros lo que tenemos es que colocarnos en los problemas comunes. La oposición ha sido muy torpe…” Asegura que Henry
Falcón se está acercando al mismo, “él lo que quiere es ser candidato él, y eso hay que apoyarlo porque
todo lo que divida al chavismo está bien.”
Avisan que faltan diez minutos para
la función, ya él está listo pero cierra con un hilo de voz: “Respeto a los que
se han ido del país, pero yo no me lo planteo. Irse es rendirse y rendirse es
la más humillante de las derrotas. Sólo me iré cuando sea un muerto, es decir
cuando ya pueda servir de nada, cuando ya no pueda hacer más mi trabajo, yo no
voy a andar por ahí haciendo lo que no me gusta. Yo no critico a los que se van porque entiendo
lo duro que es vivir allá; pero la fiesta que hacen los chavistas cada vez que
se va un venezolano… Yo soy de los que piensa nunca hagas lo que tus enemigos
quieren que hagas así sea lo que tú quieres hacer.”
Entiende que la gente se agote,
que la gente se canse, “que digan ya no
aguanto más esta mierda, yo lo entiendo, ¿cómo no lo voy a entender? Lo triste ahorita es que se está yendo tanta gente talentosa,
inteligente, una estampida arrecha. Tú no sabes la sensación de soledad que uno
tiene. La reconstrucción del país pasa
por el reencuentro de los de afuera y los de adentro, ningún país del mundo ha
logrado reconstruirse si no hay esa sinergia, si no hay esa comprensión entre el
que se queda y el que se va, no hay desarrollo después, hay resentimiento y
hay frustración y hay atraso. Yo me voy
a quebrar el culo porque hay una cantidad de gente fundamentalmente que adoro,
que quiero, que se me ha ido y que quieren regresar. ¿Cómo voy a estar resentido por la decisión
absolutamente justificable de alguien? No hay que olvidar que aquí tiene que
venir otra gente, uno va a estar tan escoñetado que va a necesitar ayuda, gente
que te ayude que venga con ideas más frescas porque tal vez cuando salgamos de
esta mierda estamos todos fundidos. Solo
digo como el poeta: sólo con una ardiente paciencia conquistaremos las
esplendidas ciudades… En esta vaina lo que hay es que tener paciencia, echarle
bola y hacer entender a la gente que todos tenemos que participar.”
© Alfredo Cedeño
5 comentarios:
Excelente publicación...fuerte!!
Gratamente complacida esta mañana por tan maravilloso artículo A Hector Manrique mi admiración de siempre, que grande eres. gracias por ser de esos venezolanos míos ! Que buen escrito que buenas fotos . Excelente manera de comenzar el día
Excelente trabajo. Jaime Ballestas
Lo más integro, apasionado y verdadero que he leído en los últimos meses, tal vez más tiempo. Impresiona el lenguaje de viva llamara, de fusil hecho de verbo encendido, profundo y articulado. Lengua valiente frente al espejo que lo transforma en lo otro, el otro. Esa otredad de la que habla con tanta sabiduría, el maestro Octavio Paz.
Impresiona que es su propia mano la que labra los surcos trasformadores del maquillaje ¡oh gran actor! ser casi extinto en las nuevas generaciones, seres especializados en una u otra vertiente del teatro. Héctor Manrique se alza triunfante en voz y dicción, actuación, dramatización, caracterización del personaje, presencia escénica arrolladora, experto maquillista, comprometido y con una fuerte y clara posición política, además valiente. No digo más nada. Me deslumbra, coño, me ilumina.
Rosana Hernández Pasquier
Buen artículo y muy grato todo lo expresado por Hector, sincero y claro, sin pelos en la lengua.
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