Ya hace casi 24 años, el 12 de diciembre de 1988,
publiqué en El Diario de Caracas, un
trabajo con el mismo título que utilizo en este post de hoy. Allí decía: “Pretender
un discurso respecto a mi relación con
la cámara fotográfica, como instrumento de trabajo y/o expresión, sería un
absurdo. Yo no puedo teorizar en torno a lo que no es, en mi caso, una
expresión abstracta de la vida; yo no puedo crear un discurso que no existe,
puesto que no entiendo ni asumo la fotografía más que como un acto vital.”
¿Por dónde vendrá Alfredo hoy?, se preguntará más
de uno. Por donde siempre, tratando de que la creación esté en mi vida y que
seamos una sola entidad. Semanas atrás
mi hijo, esa bendición inacabable que me dio la vida, se empeñó en que debía
cambiar de aparato telefónico y, con el consabido celestinaje materno, me hizo
el canje. Él, que me conoce como nadie, me hizo énfasis permanente en “la
maravilla de cámara del Javelin, ya
vas a ver papá”.
¡Claro que caí en la provocación! Todas estas
imágenes publicadas en este post de hoy fueron hechas con el Black Berry que me
regaló Felo. Y mientras las he guardado
he estado reflexionando en cuanto al hecho fotográfico y recordando a algunos
autores como el caso de Roland Barthes, quien se preguntó en Retórica de la imagen: “¿De qué modo la
imagen adquiere sentido? ¿Dónde termina
el sentido? y si termina, ¿qué hay más allá?”
Este eterno saco de contradicciones en que me he
empeñado ser (¿Será que en realidad la dialéctica existe?, ¿o es que se manifiesta?), ahora rompo con el primer párrafo y comienzo a teorizar… Pero es
que, y sigo con Barthes, pero ahora en su obra La cámara lúcida, para mí: “La Fotografía
esencialmente, si así puede decirse (una contradicción en los términos) no es
más que contingencia, singularidad, aventura.”
En lo que a mí toca, y retomo parte de lo que escribí en el
artículo ya citado de 1988: “Estos han sido momentos de comunión con mi
capacidad creativa, con mi trabajo, y con amor por esta mecánica mímesis que
puedo convertir en acto hermoso, en acto transformador para el hombre.”
Recuerdo de Ken Rockwell su artículo Por Que Tu Cámara No Importa donde asegura:
“son solamente el ojo del artista, su paciencia y su destreza las que hacen una
imagen y no sus herramientas.”
A esta altura pienso en Susan
Sontang y transcribo lo que escribió en Sobre
la fotografía: “las fotografías alteran y amplían nuestras nociones de lo
que merece la pena mirar y de lo que tenemos derecho a observar. Son una
gramática y, sobre todo, una ética de la visión.”
No pretendo
atiborrarlos de citas, pero si alguien ya lo dijo mejor que uno, ¿por qué no
tomar prestadas sus palabras? Es lo que hago ahora con Barthes y su afilada
ironía en La cámara lúcida al
escribir: “La moda actual entre los comentaristas de Fotografía (sociólogos y
semiólogos) tiende a la relatividad semántica: nada de “real”, tan solo
artificio: Thésis, y no Physis…” ¡Si lo sabré yo!
En un reciente trabajo sobre mi obra en la época de
El Diario de Caracas, los autores
escribieron sobre los motivos de por qué en mis fotos los hombres aparecían de
espalda. No se preocupen que no voy a
someterlos ahora al oprobio de tener que leer dicho material, ni a pavonearme como objeto de estudio... sólo lo pongo a
manera de ejemplo para suscribir lo dicho por el bachiller Barthes. Tal vez si
aquellos que teorizaron sobre mi trabajo me hubieran preguntado se habrían
enterado que lo hice para evitar el trámite que significa el “release” de los
derechos de uso de las imágenes de aquellos a quienes fotografiaba…
Tal vez he buscado de ratificar lo
dicho por Arturo Perez Reverte a través del protagonista de El pintor de batallas: “Necesito saber
si realmente mis fotos son la línea más corta entre dos puntos.”
¿Quizás, a fin de
cuentas, todo es infinitamente menos elaborado de lo que uno emplea para justificar
sus propias obsesiones como artesano de la imagen? ¿Tal vez es como dijo Jaime
Sabines en Doña Luz?:
“Las fotografías
son injustas, terriblemente limitadas,
esclavas de un
instante perpetuamente quieto.
Una foto es como
una estatua: copia del engaño,
consuelo del
tiempo.”
Bendito sea Sabines, y su obra de letras impecables…
Lástima que su dolor, al momento de escribir esas letras por la exhumación de su madre, le haya impedido apreciar la vigorosa epifanía que
encierra cada fotografía, aún en los casos cuando muestra los infiernos que
cada hombre encierra o puede llegar a producir en quienes lo rodean.
Bendita sea la fotografía que sabe alzarse en vuelo
grácil que imita a las garzas cuando revolotean sobre el fango; pero plantan
sus delicadas patas en medio para ahí obtener su alimento y luego emprender el revoloteo
que alegra la vista de quienes las ven seguir aleteando preciosas y raudas.
Bendito sea mi
hijo, quien me otorgó un nuevo instrumento con el cual puedo continuar
comprobando que sigo disfrutando de la bendición de poder ver y atrapar los
destellos que la vida me va regalando con generosidad infinita.
© Alfredo Cedeño
9 comentarios:
Muy hermoso, gracias
¡Hola, Alfredo! Me iluminaste la mañana con tus fotos y todo lo que vas contando.
Te aseguro que todo lo que vas diciendo tiene un valor de primera mano porque sos Hacedor, que es la medida humana del creador. Comprendo que digas que la fotografía es tu vida; se nota por las bellezas que realizas. Pocas veces la fotografía llega a resaltar lo que la percepción de lo real ofrece. Y pienso que esa actividad es tan creativa como todo tipo de arte.
Siempre me interesó y más cuando leí el libro Mirar de mi admirado John Berger. Como mis amistades conocen mis faboritos, me regalaron un texto de él que se llama la recuperación de la mirada. Lo escribe a partir de que se tuvo que operar de cataratas. Si no lo tenés y te interesa lo busco en mi biblioteca virtual y te lo mando.
Un gran abrazo y un beso
Me gustó mucho la hojita de este domingo. Hermosas las fotos con el movil que te cambiaron jaja , en serio han quedado muy bien. Con todo el tiempo que llevas con la cámara, no me extraña que surja la pregunta de que es la fotografia en tu vida. Me quedo con dos cosas qu dices al respecto que me encantan: creatividad y atrapar los destellos de la vida.
Abrazote
Una vez uno de mis hijos me dijo, mamá antes de tomar una foto mira que es lo que quieres captar, que es lo que quieres ver. Hoy pienso como el titulo de su articulo LA CÁMARA SOY YO. Excelente, lindo, humano y sensible su escrito maestro, allí no hay mascaras, allí eres TU!!
Zafira
increible, genial, es que ahora la tecnologia nos brinda todas estas posibilidades y los chicos son los que más familiarizados están con ellas!
Felicitalo a tu hijo de mi parte, las fotos con el B.B. estan muy buenas y excelente el texto por supuesto!
un abrazo y buena semana!
hermosas las fotos, felicitalo a tu hijo por los "buenos consejos", de ellos tambien aprendemos y mucho. Muy bueno el texto, reafirma los conceptos de aquel articulo que escribiste hace tantos años...
un gran abrazo y que tengas una excelente semana!
hola no se que aparato te hizo comprar Felo pero esta buenísimo, ni la mejor cámara podría captar esas magnificas imágenes. sin duda esa la parte sensible del ser (TU) y el instante preciso de la toma. gracias por tan bello reportaje , feliz inicio de semana
Felicidades por esos 24 años y por tan buenas imágenes. Saludos.
Jesús Fonseca Rodríguez
Esa foto de la casa reflejada en el agua es espectacular!
Danny Montilla
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