Como una linterna que corta la noche llegó tu boca
rasgando mi decencia con la necesaria tranquilidad
que te permitió dejarme de escasos espacios ilesos
y una obediencia inacabable a tus labios y lengua.
Fue un faro para llegar al fin del universo y volver
con los remordimientos desfallecidos y sepultados
en una caravana de quimeras con olor de malabares
y un desván donde poder encontrar viejas astucias.
Se hizo vendimia dulce de crisantemos y nomeolvides
perdiendo lejanías en las dichas que nunca me dieron
o que deje arribar en las radas de ilusiones resecas
donde la sed espejeaba entre egoísmos sin proximidad.
Fue una distancia de pasos despiertos entre resolanas
de luceros fabricando coronas y caramelos de jengibre
y alzando lanzas encendidas en tus ojos llenos de gula
que me hirieron el orgullo y me salvaron del desgarro.
® Alfredo Cedeño
4 comentarios:
Gracias Alfredo por regalarnos nuevamente su prosa. La espera valió la pena.
J.J.
Conchale! Conchale! Bomito,bonito.
Hoy al leerte (Ósculo*) descubrí que tenía mas de una lengua; en ellas se había escondido tu último beso, que no guarda distancias, ni caravanas de quimeras. Lo he presentí en una deliciosa cercanía a mis escalofríos. Ch.
*(Del lat. oscŭlum) Beso de respeto o afecto.
Al leerlo (Ósculo*) he descubierto mis otras lenguas; en ellas apareció su último beso sin caravanas de quimeras ni fábricas de distancias. Lo presentí deliciosamente cercano a mis escalofríos. Ch.
(Del lat. oscŭlum) Beso de respeto o afecto.
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