Mi trabajo es un saco pequeño
donde meto diez mazorcas
con quince hojas de albahacas
y tres espigas dormilonas.
Mi saco es un caballo pinto
que me saca a pasear en la tarde
por encima de las cañadas
y me lleva volando al río.
Mi caballo es un sueño bonito
donde soy grande grandísimo
y alzo diez sacos de mazorcas
para que todos comamos arepas.
© Alfredo Cedeño
1 comentario:
Hermoso Alfredo, qué ternuram qué imaginación la de la niñez, aún en esa dura realidad. Me ha conmovido tu poema profundamente. Grande tu sensibilidad en imágenes y en palabras. Saludos.
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