jueves, enero 31, 2013

TRAJE


La garza deshilachó su ajuar
zarandeada por la mañana
sobre lanzas de verdes hojas
escarchadas de perlas…

© Alfredo Cedeño

martes, enero 29, 2013

LUTO NEVADO


Noche áspera de largo aliento
que cabalga nevados follajes,
descanso en verdegueante
manto de orillas irregulares,
cruce de envés y haz de plumaje
para deshilachar el alba,
negros plumones acunados
por la nieve que lo consuela.

© Alfredo Cedeño

domingo, enero 27, 2013

MANDARINAS

           Cada ciudad, país, región, o como quieran llamarle, va adquiriendo signos distintivos que disparan en aquellos que le conocen, o se enteran de su existencia, una relación inmediata con dicha localidad.  Es el caso de Las Vegas y los casinos, las prostitutas y el barrio Pigalle de París, New York y los taxis más despelotados del mundo, los churros y Madrid, los fish and chips y Londres,  San Juan de Puerto Rico y los piononos… En Venezuela se dice mandarinas y se piensa en la vía a Oriente.
           Ya se ha convertido en parte del paisaje de la autopista que va de Caracas a Higuerote, a la altura de Chuspita, una sucesión de puestos de venta del mencionado fruto, y si uno se detiene, entre los meses de diciembre y abril,  a preguntarles de donde vienen esos cítricos, invariablemente todos responden: de Araira…
 
Aseguran que los cítricos existen desde hace 20 millones de años y que se originaron en India, China e Indochina; es decir en el sudeste asiático. Se dice que el nombre les viene del color del traje que usaban los mandarines chinos; no creo necesario explayarme escribiéndoles sobre ese deporte tan humano que es dar versiones y opiniones a nuestro real saber y entender sobre todo aquello en lo que consideremos tener la más enjundiosa de las disertaciones para explicar así sea el vuelo de los mosquitos. Lo cierto es que en la actualidad su cultivo y consumo está presente prácticamente en todo el mundo, con innumerables variedades.
 
Esta planta pertenece a la familia de las Rutáceas, género de los Citrus y subgénero aurantioideas; sus frutos son los cítricos más consumidos en el mundo entero.  Es vox populi los beneficios de su consumo por su contenido de vitamina C, ácido fólico y provitamina A; también posee ácido cítrico, potasio, magnesio, calcio y minerales.  Mi abuela hubiera dicho que era la tacamajaca de los cítricos. 

 
          Les quiero comentar que los mayores productores de mandarinas son: Brasil, EEUU, China, México, España, India, Irán, Italia y Argentina. En el caso de Venezuela los principales estados productores son Yaracuy, Carabobo y Miranda. En esta última entidad hay sembradas cerca de 15.000 hectáreas de dichos frutales; lo cual permite inferir que alrededor del 65% de la superficie y producción de mandarina, en Venezuela está  en territorio mirandino.
 
           Ahora bien, ayer sábado 26 me fui hasta Araira buscando donde estaban colectando mandarinas y así fue como llegué a Salmerón, que está a 50 minutos de carretera desde la autopista. Una vez en esa población, uno de los más de cien conductores de pickup Toyota, que se dedican a “bajar” las cestas a los centros de acopio, me llevó, durante 46 minutos por un camino en condiciones infernales, hasta el sector Juan Torres a la finca de Simón Yánez.
 
           El viejo Simón, con 62 años y un ACV a cuestas, es el productor más importante de la zona.  Posee en 97 hectáreas varios millares de plantas que ha ido plantando a lo largo de 22 años. “Se dice fácil, pero nadie sabe el cerro de bolas que he tenido que echarle a esto”.
 
Él dice que en esta cosecha espera sacar unas 50 mil cestas, de 40 kilos cada una, de mandarina. “A ver si me recupero del carajazo del año pasado, que sólo pude llegar a sacar 6.000 cestas… pero así es la vida, no siempre te toca ganar, también se pierde y a eso uno tiene que hacerle frente.  El dinero no vale nada, a fin de fines cuando te pones a ver bien te encuentras que no te sirve de nada.”
 
           Yánez tiene una plantilla de 20 peones que trabajan en su finca durante todo el año, pero en estos días de recolecta tiene otros veinte trabajadores, como es el caso de Ramona Pellicer, de 34 años, quien trabaja de lunes a domingo, porque “el trabajo no está abundante que se diga, y aquí me pagan 20 bolívares por cada cesta que lleno, y si me fajo como es puedo llegar a sacar 20 cestas. Malo no es.”
Ella es la que tiene a su cargo colectar las mandarinas tangelo que son 500 plantas que Simón mima con particular empeño. “Esas me las trajeron de Maracay, y yo no estaba muy convencido, pero en lo que echaron la primera carga y las probé, me quedé enamorado de ellas. Si pudiera quitar todas las matas de la mandarina tradicional que tengo y cambiarlas por esta: lo haría, aunque yo sé que la gente lo que quiere es la de siempre, que tampoco es que se me da mal; pero quisiera poderle enseñar a la gente la diferencia que hay y la calidad de esta mandarina; aunque eso me signifique ganar menos.”


 
Es un tejido de historias y vidas que se enlazan a 1.800 metros de altura en las montañas que bordean a Salmerón. Es esa trama que arropa esas laderas y se convierten en pulpa jugosa para endulzarnos la boca cuando compramos las mandarinas de Araira…

© Alfredo Cedeño


 
 

sábado, enero 26, 2013

EL CIELO


La inocencia de mi madre fue proverbial
-pese a haberse afanado para engendrarme-
solía decir que al cielo no ibas en autobús.

Afirmaba que necesitabas una larga labor
salpimentada con un espeso mar de rezos
para poder transitar ese extenso camino.

Hoy ella estuvo de vuelta en la autopista
en la camioneta que rasgaba el pavimento
con el Sagrado Corazón de guardaespaldas.

© Alfredo Cedeño

jueves, enero 24, 2013

martes, enero 22, 2013

CRUZ Y ARCO


El espectro luminoso quiso abandonar la cruz
pero le dio lástima verla íngrima y sola
plantada sobre el techo de la capilla
sin poder anunciar la parusía o el adiós.
Se hizo arco para ampararla y cruzar  
al ritmo de una brillante hoz multicolor
…y los cerros se ahogaron en un charco
donde las dudas retoñan con pertinacia.

© Alfredo Cedeño

domingo, enero 20, 2013

LA DIVINA PASTORA


Hoy escribo todavía conmovido por lo que presencié el pasado lunes 14 de enero cuyas imágenes  y crónica comparto hoy con ustedes. No es sencillo describir las emociones despertadas al paso de tres millones de personas, que desfilaron, bajo un sol inclemente, siete kilómetros y medio en procesión por las calles y avenidas de Barquisimeto, en impresionante manifestación de fe.
Hablo de la ya secular procesión en homenaje a La Divina Pastora, que este año se llevó a cabo por 157 vez, que se realiza en el occidente de Venezuela, en la ya citada urbe larense, 270 kilómetros al oeste de la capital venezolana. Esta celebración religiosa se considera la tercera concentración mariana más grande del mundo, sólo superada por las de la Virgen de Guadalupe, en México, y la Virgen de Fátima, en Portugal, primera y segunda respectivamente.
A la salida de su templo los devotos lanzaban miles de papeles con sus rogativas. En uno de ellos que quedó en el piso pude leer: Te quiero mucho mi virgenzita bella y te pido en toda mi fe.
Creo necesario explicarles que la devoción a La Divina Pastora procede de Sevilla, España, donde el capuchino Isidoro de Sevilla, la recibió como revelación en sus sueños. Asegura que dicha imagen él la describió de manera detallada a Alonso Miguel de Tovar, quien realizó un cuadro con la imagen de la virgen con sombrero pastoril, cubierta por un manto azul, sosteniendo en su mano izquierda al niño y apoyando la derecha sobre un cordero, y fue bautizada como Divina Pastora de las Almas.
En otro párrafo de la petición antes citada decía: Te pido q me ayude a Pazar esta etapa zabe q es una etapa muy dura..! Que me de muxaz fuerzaz y entendimiento.
Pasado un tiempo de haber pintado su obra Miguel de Tovar, fue el turno para el escultor Francisco Ruiz Gijón, quien la esculpió en tamaño natural, y se sabe que comenzando el siglo XVIII, en 1705, tuvo lugar la primera procesión de la efigie en España.
 
En Venezuela el comienzo de su veneración se puede rastrear hasta el siglo XVIII, año 1736 para ser preciso, cuando el párroco de Santa Rosa, en aquel entonces una población independiente de Barquisimeto, fundada en 1673 por una familia de indios Cayones, encargó al propio Francisco Ruiz Gijón que le realizara una talla de la Inmaculada Concepción.
 
Las crónicas narran que pasado cierto tiempo llegó a dicha población una imagen de La Divina Pastora. Al apenas descubrir el error, el clérigo comenzó las labores para su devolución y luego de embalarla de nuevo, aseguran que se puso tan pesada que no hubo maneras de levantar el cajón donde la habían colocado.  Afirman que fue así como nació la devoción entre los parroquianos, quienes interpretaron esto como una señal celeste para que La Divina Pastora se quedare entre ellos.
Los parroquianos de hoy escriben a ella: Te pido x ezoz niñoz huerfanos y x todoz los humano q necesitan de ti!
Años más tarde, en 1812, un feroz terremoto asoló a Venezuela y el templo donde se reverenciaba a la representación mariana fue destruido, pero al quedar intacta su imagen; se reforzó entre la feligresía de Santa Rosa de que la Virgen quería quedarse siempre entre ellos para protegerlos.
 
Tiempo después, a mediados del mismo siglo XIX se terminó de consolidar la devoción y comenzó a configurarse el masivo fenómeno de fe que este pasado lunes se manifestó nuevamente por las calles de esta población, hoy en día ya integrada urbanamente a la ciudad de Barquisimeto. Y les cuento lo que pasó en aquella ocasión.
 
En 1855 se desató en Venezuela una epidemia de cólera que diezmó el país. Se asegura que en la zona de Barquisimeto la peste se cebó de manera cruenta. Fue así como un grupo de vecinos, desesperados ante la ferocidad de la enfermedad decidieron sacar en procesión por las calles de Barquisimeto la imagen de La Divina Pastora solicitando su misericordia. Afirman que el sacerdote Macario Yepez, quien era párroco de la Iglesia la Concepción, y aquejado por el mal imploró a la virgen ser la víctima final en la zona.  La tradición oral testimonia que en efecto el deseo del hombre de la iglesia se cumplió, ya que ese día falleció y a partir de ese mismo día, cesó la epidemia.
 
En conmemoración de esos hechos es por lo que cada año, un mar de creyentes, que crece cada vez más, quienes acuden de todas partes de Venezuela y del extranjero, desborda las calles de Santa Rosa. Este año se estimó la cifra de asistentes alrededor de tres millones de personas; las cuales recorrieron en procesión la distancia que separa el templo de Santa Rosa de la catedral de Barquisimeto.
 
Antes de iniciarse la procesión Monseñor Antonio López Castillo, arzobispo de Barquisimeto, presidió la eucaristía en compañía del arzobispo de Calabozo, monseñor Manuel Díaz, así como de monseñor Trino Valera, de la arquidiócesis de Guanare.
 
Monseñor López en su homilía hizo un llamado contra la violencia y dijo a los feligreses: “Ante la imagen venerable de la Divina Pastora les manifiesto que me preocupa tanta violencia, tanto crimen. Matar no es querido por Dios. El homicidio es pecado, el suicidio es pecado, hermanas y hermanos, la vida es sagrada, respetemos las vida; la violencia nos destruye, procuremos vivir en fraternidad”.
 
No puedo obviar a esta altura los momentos de tensión vividos durante el oficio religioso cuando, momentos antes del ofertorio, el general Freddy Hernández Parababí, jefe de la 14 Brigada de Infantería, y del jefe del Comando Rgeional 4 de la Guardia Nacional, general Octavio Chacón, subieron a la tarima donde se efectuaba la misa, para “halarle las orejas a los curas” (según palabras del propio Parababí), por no haber saludado a las autoridades nacionales, ni haber pedido por la recuperación del presidente Chávez.

           Superado el desplante militar, los oficios religiosos se desarrollaron con normalidad para luego hacer el mencionado recorrido. 
 
La procesión de la venerada imagen, bajo una férrea escolta militar, severamente criticada por los asistentes ya que impidieron en todo momento que los devotos se le acercaran a menos de dos metros, tomó siete horas con una temperatura por encima de los 30 grados centígrados. 
 
A lo largo de la ruta se escucharon numerosos testimonios de hechos milagrosos atribuidos a La Divina Pastora, como la proclaman sus seguidores, quienes acudieron a pagar diversas promesas por los favores concedidos. 
 
Cumpliendo con la más rancia tradición de atención al peregrino, una incontable cantidad de instituciones y personas repartieron gratuitamente agua, naranjas y mandarinas para calmar la sed de los viandantes. También hubo quienes entregaron comestibles a los asistentes.
Les debo confiar que he preferido en esta oportunidad tratar de contarles los hechos en frío para que la emoción que todavía persiste de mi experiencia no me haga desbarrar.  Pero sólo asistiendo allí es que se puede entender en su real dimensión la arrolladora presencia del candor que da la fe ciega. Tal vez en ello está su fortaleza, y permite mirar –¿o sentir?– más allá del mero fenómeno social. 
 
No puedo, ni quiero, ocultar mi conmoción ante semejante océano de gente que me arrastró en sus prédicas, espero el año que viene poder estar pagándole a ella el favor que le solicité… Tal vez la carta anónima que cité varias líneas atrás sea más generosa en sus ruegos y ojalá se le conceda. Aquí la conservo en mi mesa de trabajo con profundo  respeto por su pureza: Y te pido q yo no engorde tanto! Bueno pero lo maz importante ez lo que te pedi antes. Te lo pido de todo mi corazón!

© Alfredo Cedeño



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