Una máscara cubre las caras de burócratas de medio pelo
que esconden en vano su incompetencia con pan y circo.
Un antifaz con ribetes de esperanzas se ponen los miserables
para jugar a que la ciudad les abre sus tesoros de mentiras.
Un disfraz marchito de musas que vuela sin rastros ni nubes
que baja de los suburbios a confesar quereres de mentirillas.
Una careta de cantar melancólico sin iluminar los corazones
de sinceridad que se fue entre carrozas a morir vespertina.
Un eufemismo que trastabilla entre la claridad de un mendigo
que no consigue reunir un pan en sus ruegos de misericordia.
® Alfredo Cedeño
3 comentarios:
Su poema Carnavales (que tiene mucho de dolor) me ha recordado a J.L. Borges: ... porque esta inevitable realidad de fierro y de barro
tiene que atravesar la indiferencia de cuantos estén dormidos o
muertos
-aunque se oculten en la corrupción y en los siglos-
y condenarlos a vigilia espantosa.
Ch.
La vida, un carnaval, cuantas veces me siento burócrata, miserable, musa marchita, usando alguna careta y evitando decir palabras inadecuadas resultando asi ser hipócrita...a veces me ha sucedido, seré fenómeno o demasiado común entre los mortales...
buen verso
saludos
TODOS en la VIDA tenemos CARETAS y un buen DIFRAZ!!!!!!!
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