Una lluvia de fotos en una pared desnuda viste la noche
derrama consagraciones hechas orgasmos entre la piel
enrosca farallones dormidos en los bordes de las orejas
abre volcanes de lava entre los muslos de las princesas
desenmascara reyes taimados que fungen de albaceas
busca fragmentos de viejos y familiares reinos de lujuria
consuela a los peces que perdieron sus aletas al viajar
tartamudea frente a las calles húmedas como sus labios
besa los tobillos de una mujer que pasa serena y vivaz
deshoja las plegarias de los panes de anís recién asados
recela de los consuelos vertidos por meros compromisos
macera en sus lontananzas quejidos que después ríen
zarandea virtudes con piadosa apariencia de samaritanas
hace alzarse en vuelo a las congojas apolilladas
imagina unos lechos donde no hay fronteras ni espantos
ora por los amores caídos en la eterna batalla de la rutina
yace entre una cascada de tickets para ser libre ya vencidos
suplica sin rubor por una caricia que sabe permitirá volar
quiebra los cristales empañados por los llantos de las rosas
florece entre ilusiones de esperanzas falsificadas pero lindas
gravita debajo de los encantos de una dama díscola
jalona a besos la espalda de un amor siempre esperado
narra las leyendas victoriosas de los enanos enamorados
parpadea al filo de la medianoche con picardía de enamorada
siluetea las copas de los árboles y las desnuda trago a trago
unta de vapores ocre al sol para verlo agacharse horizontal
venera los aromas de una columna de humo campestre
engarza palabras sigilosas en las bocas encabritadas
y coloca lámparas de la luna de julio sobre las gavetas
® Alfredo Cedeño
2 comentarios:
Ese álbum-espejo en el que lo miro tiene un vapor nostálgico. Se asoma la luvia de julio y desenfoca los ungüentos que he frotado sobre su espalda.
Ch.
Simplemente espectacular.
Besitos
Publicar un comentario