En ese aroma de frutos del mar que hay bajo tus brazos
entre tus muslos
y en la fuente de tu boca refrescándome la pelvis
voy descubriendo los mundos buscados por Marco Polo
los mismos que nunca pudo encontrar
porque no supo buscarte, mucho menos tumbarte
con estas mañas que aprendí para ti…
® Alfredo Cedeño
1 comentario:
En la esquina, adonde termina la acera he conseguido un badajo preservado en gelatina. Dicen que el nautaº lo perdió mientras calafateaba las puertas de sus ninfas. Esas, las que Marco Polo no podía amar. En conjura, ellas con mañas, decidieron resguardarlo y mostrarlo como un fruto de mar. Ch.
ºDel lat. nauta, y este del gr. ναύτης
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