En
estos tiempos de desánimos y desesperanza, más que justificada en muchos casos,
quiero insistir en apostar a la esperanza. Por ello, ante el desencanto: fe,
ante la falta de ganas: fe, ante el coqueteo con abandonar: fe. Fe en Venezuela,
en su gente y en sus propias miserias que se pueden hacer baluarte de
esperanzas.
Me
jacto de conocer mi país de norte a sur y de este a oeste, a lo largo y a lo
ancho. He andado esta tierra con la emoción e ilusión que solo da el deseo,
amor y ganas de lo amado. No he tenido
un amor más puro y voraz que el que sigo teniendo por estas cuatro esquinas que
el mundo me asignó por patria.
He
dormido a la orilla de los ríos y bajo los techos endebles de las rancherías de
los pescadores, a cielo abierto arropado por una manta de estrellas que me
alumbraban tanto que no podía cerrar los ojos deslumbrado por el salpicar de
sus luces menudas. Me he despertado a la sombra de un rebaño de árboles de
mangos dulces y aromosos a trementina, he abierto los ojos y desperezado a la
vera de caminos polvorientos o preñados de rocalla, he andado senderos ahogados
en la maleza y atajos empantanados. Y siempre amparado por el seno generoso de
Venezuela.
En los médanos de Coro me encandilé con la
risa franca y aparentemente inocente de un zagaletón que vendía dulces de leche
de cabra, mientras me decía con picardía: “que hace mi abuela con leche de vaca
de lata”, para luego largar una carcajada resonante. En Ciudad Bolívar, otrora Santo
Tomás de la Nueva
Guayana de la
Angostura del Orinoco encontré un cacto mágico nacido entre
las grietas de una roca. ¡Hasta en las piedras que se siembre en este país se
obtienen cosechas!
Encontré
Mujeres como Carlina batiendo papelón caliente para hacer melcochas y negritos
emparrandados como José Isabel haciendo repiques cortos y con zandunga sobre el
cuero que su abuelo hace resonar en honor a san Juan Bautista. Me he conmovido
ante el gesto desparpajado e inocente del pescador curtido que muestra con sonrisa
de niño perpetuo el peje más pequeño que obtuvo en su jornada mientras asegura
que era tan grande como una ballena pero “en lo que la saqué del agua se me
encogió”.
En
el cementerio de Mapararí encontré una vela, amparada por una lata herrumbrosa,
que calentaba las plegarias dejadas en los brazos de una cruz coronada por
ingenuas flores de papel; en las montañas andinas contemplé mudo de asombro
lagunas inmutables donde los riscos se acicalan permanentemente.
Un
crío colocando una paja para sembrar una caricia en el lomo de su perro y el
paso entrecortado de un lisiado bajo la leyenda alevosa de un refresco anunciando
que todo está bien…
La
mano joven, pero ya experta, que guía una yunta de bueyes y la pértiga precisa
que danza en el filo de las montañas, se enlazan en el barbecho trazando
filigranas que parirán lechugas, cebollas y berenjenas.
Esta
tierra, a la que hago a diario dueña de mi corazón, le escribo y pido que su alegría
no me apague la rabia que en mí causan todos aquellos que no se cansan de
maltratarla para luego abandonarla mustia en medio de ceras agonizantes.
©Alfredo Cedeño
13 comentarios:
Hola Alfredo, ¿cómo está la cosa en tu país?, ¿es verdad lo del desabastecimiento? Porque en España entre lo politizado de los medios uno no puede hacerse una idea de quién dice la verdad.
Un saludo.
Muy buenos días querido amigo Alfredo,....Ya no me sorprendes tus escritos ni tus fotos,...sé que estoy frente a un Venezolano sabio y pensante,...que muestra sin tapujos en tus fotos unA de las caras mas sensibles de tu gente. Tu comprendes que en cada gesto de ellos se capta algo que es importante,..el amor por la vida, que demuestra sin ningún tipo de dudas que para ellos son mas importantes las pequeñísimas cosas, que los oropeles y la riqueza, que demuestran que se puede vivir con alegría y felicidad sin dinero y sin poder. que no es necesario atiborrarse de manjares carísimos, sino que se conforman con una magra y diaria pitanza. Pero, amigo,... es muy necesario hacerles tomar conciencia que se puede vivir mejor, y en una sociedad mas justa. con mas posibilidades,...con menos sufrimientos. Pido disculpas por meterme en cosas que tal vez no me incumban,.. pero se que tu país es una mina de oro,....y el metal se los quedan los poderosos, y las rocas para los pobres. Que tengas una excelente semana, y como siempre un fraterno abrazo. ELCRUZADO
La lectura de hoy me caló hasta los tuétanos. Vaya mi admiración por ti y tu amor a lo que Dios nos dio por tierra patria.
Raquel
Bellas tus palabras y conmueven.... Saludos
Matilde Olivares
HOLA ALFREDO ..BUENOS DÍAS...COMO ESTAS QUE MENSAJE Y EXPRESIONES TAN LINDAS ESTOY LEYENDO SOBRE NUESTRO PAIS...DEFINITIVAMENTE EMOCIONANTE...ME ENCANTO...
Mary P
Es la Fe la que nos despierta cada mañana.
Excelente trabajo. Besos.
Ylleny Rodríguez
Mi admiración por tu fe, tu amor a Venezuela y tu afán por darla a conocer al resto del mundo.
Gracias Alfredo por tus bellos mensajes semanales; y este último me impacto muchísimo, porque demuestra una Venezuela que a pesar de las miserias humanas que tratan de destruirla, su gente sigue vibrando y en pié de lucha.
saludos
Gloria Acosta
Simplemente GRACIAS!! por ayudar a fortalecer la FË!!!! me quedo con esto... " Esta tierra, a la que hago a diario dueña de mi corazón, le escribo y pido que su alegría no me apague la rabia que en mí causan todos aquellos que no se cansan de maltratarla para luego abandonarla mustia en medio de ceras agonizantes."
Zafira
Es admirable el amor que expresas cada vez que te refieres a nuestra querida patria Venezuela, es indudable que tu fe es inmensa. Dios permita tu fe se multiplique y las cosas en nuestro país mejoren. Excelentes fotos
Horysa Parada
No se sabe si eres más poeta o más fotógrafo.
Jaime Ballestas
Eres privilegiado Venezuela se deja acariciar por ti porque como tu dices tan maltratada y olvidada necesita que la amen, graciass
Lo mas de lindo todo lo leído y visto.
Bellas fotos de puertas y ventanas. Provoca abrirlas para darle paso a la esperanza y el progreso....
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