Un
término utilizado a menudo cuando se pretende señalar la disposición a no
encarar los problemas o la realidad que nos rodea, y que suelen achacar a los
profesionales que estudian la conducta, es evasión. La verdad sea dicha: ellos,
los mencionados expertos en su jerga más emplean las palabras escape, o
se refieren a ello como “refuerzo negativo”; suelen explicar que los
mecanismos mentales de evasión, se utilizan, al igual que los de defensa, para
proteger el Yo. “Las pautas de conducta seguidas para buscar el ajuste, en este
tipo de mecanismos, siempre se refieren al alejamiento, que implica todas las
posibles formas de huida.” Debe entenderse que cuando nos acogemos a los tipos
evasivos de ajuste es porque ellos nos otorgan la sensación de protección
contra el peligro.
Para “redondear” en torno a la
palabreja, se afirma que evasión y su hija evadir son corrientes en el lenguaje
psicológico de varias lenguas; pero a la hora de explicar de manera lega su
significado se prefiere hablar de escape. Más, aquellos que quieren presumir de
cosmopolitas emplean las palabras évitement,
y evitation (algo así como escapismo
y evitación), las cuales a su vez se especula provienen de la expresión avoiding reaction, acuñada por el estadounidense
Herbert Spencer Jennings y que empleara en su obra Behavior of the Lower Organisms en 1906.
No necesito abundar sobre lo que
llevamos soportando en nuestra amada Venezuela desde hace más de un mes. El
terrible saldo de presos, heridos y muertes deja un frío espeso en la vida.
Constatar los atropellos sin barreras ni control hacia nuestros muchachos y
mujeres y hombres es desolador, nos llena de un largo desconsuelo en el que no queremos
estar. Por ello la evasión, por ello hoy me refugió en la emblemática isla del condado de New York, ciudad natal de Walt Whitman y a la que escribiera:
Soñé en un sueño que vi una ciudad invencible a los ataques
de todo el resto de la tierra.
Soñé que era la nueva ciudad de la Amistad ,
nada era comparable allí a la calidad de un amor robusto,
superior a todo.
Se veía a cada momento en las acciones de los hombres de esa ciudad,
Y en sus miradas y palabras.
No se imaginan cuantas ganas tengo
de seguir escribiendo de nuestra madre tierra, ahora abonada por lágrimas,
sangre y tristeza. Muy pronto podré hacerlo de nuevo, por lo pronto me evado y les
dejo estas imágenes de diferentes visitas a esa querida ciudad y cierro con
otras palabras de Withman:
No importa, ni el tiempo ni el lugar importan.
Yo estoy con ustedes hombres y mujeres de una generación, o
de no importa cuántas generaciones.
© Alfredo Cedeño
3 comentarios:
Decididamente Manhattan es en Blanco y negro... Ya lo decía Woody Allen y lo demuestran tus magnificas fotos... Evadirse siempre es una opción, temporal lamentablemente!!! Saludos hermano
Evadiremos ahora....para lograr nuestros sueños..!!!!! Gracias Alfredo
sylvia
Hermoso Alfredo
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