Hace
siete días escribí del comienzo de la Semana Santa , festividad religiosa que hoy concluye.
Han sido días de recogimiento para unos, de jolgorio y solaz para otros, de
ejercicio del derecho a protestar exigiendo justicia y paz para muchos. Venezuela en estos días no hizo más que
seguir recorriendo, con un poco de menor intensidad, las infinitas estaciones
de un Vía Crucis que parece no tener fin. Fausto Masó en su columna sabatina de este 19 de abril lanza una campanada de alerta que no debemos echar en saco roto: “solo
quieren soluciones milagrosas. No hay ninguna que nos ahorre sangre, sudor y
lágrimas.”
Han
sido días en que la raigambre religiosa criolla se manifestó de manera clara e
inequívoca. La afluencia a los templos así lo demostró. Los voceros de la Iglesia Católica han honrado su
compromiso de pastores y han escrito y hablado sin cortapisas. El pasado martes
el querido cura Alejandro Moreno en su artículo quincenal que publica en El
Nacional asentó: Vivimos tiempos de
Semana Santa, tiempos de mentira sobre la que se apoya una violencia mortal. La
verdad aplastada bajo montañas de embustes, esa por la que, en la jerga
popular, murió Cristo. Esa por la que, hasta el momento en que escribo, han
muerto más de cuarenta venezolanos, han sufrido prisión más de otros dos mil,
han sido torturados fría y cruelmente más de cincuenta, se han seviciado
ciudades hasta convertirlas en mártires de la fe en el hombre, la dignidad, la
vida y la libertad, icono San Cristóbal, merecedora de un título de nobleza:
“La muy leal y muy valiente”.
Por
lo visto se cumplió el viejo adagio de “A Dios rogando y con el mazo dando”. En
los más humildes poblados y en las más cosmopolitas urbes la feligresía
manifestó la devoción a su real saber y entender. En las trujillanas Escuque y La Cejita se
patentó el poema Procesión, de
Federico García Lorca
Por la calleja vienen
extraños unicornios.
¿De qué campo,
de qué bosque
mitológico?
Más cerca,
ya parecen astrónomos.
Fantásticos Merlines
y el Ecce Homo,
Durandarte encantado,
Orlando furioso.
En
Caracas Andrés Eloy Blanco siguió resucitando y vi sus versos representados el
miércoles por una masa que se postró ante su amoratado patrono:
Un aguacero de plegarias
asordó la Puerta Mayor
y el Nazareno de San
Pablo
salió otra vez en
procesión.
Vi una de
las saetas de Manuel Machado
El azahar y el
incienso
embriagan los
sentidos.
Ventana que da a la
noche
se ilumina de
improviso,
y en ella una voz
-¡saeta!-
canta o llora, que es
lo mismo
Y también otra de su hermano
Antonio:
¡Cantar de la tierra
mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis
mayores!
¡Oh, no eres tú mi
cantar!
¡No puedo cantar, ni
quiero
a ese Jesús del
madero,
sino al que anduvo en
el mar!
Hoy la
tradición venezolana hará arder a Judas hasta reducirlo a cenizas. Se asegura
que esta costumbre es tan secular entre nosotros que el primero en ser
representado y quemado en Venezuela fue Américo Vespucio lo cual ocurrió en
Cumaná en 1499. En estos días que no han cesado los muertos, ni los gases
lacrimógenos, ni las detenciones arbitrarias, ni los perdigones, ni cuanto
atropello se le ha podido ocurrir al poder desbocado que padecemos, recuerdo un
fragmento del cuento Tres versiones de
Judas de Jorge Luis Borges:
Anota que la crucifixión de Dios no ha cesado, porque lo acontecido una
sola vez en el tiempo se repite sin tregua en la eternidad. Judas, ahora, sigue
cobrando las monedas de plata; sigue besando a Jesucristo; sigue arrojando las
monedas de plata en el templo; sigue anudando el lazo de la cuerda en el campo
de sangre.
© Alfredo Cedeño
2 comentarios:
Tremendo banquete de fotos estupendas y llenas de significado. Feliz Pascua de Resurrección.
Alejandro Moreno
Muy Felices Pascuas para todos, felicito a la gente, a la iglesia, y especialmente a ti, por publicar las excelentes fotos, de ése maravilloso pueblo Venezolano. Y que Dios los ilumine en estos tan desagradables momentos. Que la paz, el amor y la solidaridad acaben con la barbarie. FELICES PASCUAS. Juan Angel Petta-Buenos Aires- Argentina
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