Para Felo; y para Adriana Rodríguez,
la niñita más grande de Caracas!
–Toma Adrianita, te traigo un
regalo.
–¡Ay! ¿Qué es?
–Un huevito que se cayó de un
arbol...
–¡Ayyyy! Poecito...
–Pero no daba para una tortilla así
que se lo eché a los cocodrilos y ellos hicieron una barbacoa con él. Y después
invitaron a los arrendajos y a los hipopótamos para que vinieran a comer, pero
como esa yemita era de un pez espada se atoraron todos con las espinas del
pescaíto y se fueron volando a buscar a una niñita bonita y buenita que los
curara…
– Ayyy tannnn boniiitooooo
–¡Y colorín colorado este cuento
ha eyaculado!
–¿Quéee? ¡Alfredo Rafael!
–¡Perdón! Digo: ¡se ha acabao!
© Alfredo Cedeño
7 comentarios:
Que placer leerte Alfredo, y que final jajaja aun me estoy riendo, excelente, un abrazo.
Mario Cesario
Mucha magia Alfredo, de pronto lo blanco pareciera oscurecerse, pero de que tiene magia, la tiene, me encantó, abrazos muchos.
Mario Islasáinz
Esta gracia no te la conocía Alfredo pero me ha encantado la imaginación y creatividad que desbordaste en tan breve historia. Lograste magia y diversión. Deberías seguir regalándonos estas construcciones. Un gran abrazo.
Araminta Solizabet Gálvez García
Coincido con Araminta, Alfredo. Me gusta el quiebro que le hiciste a la historia tornándola de cándida en pícara y lo divertido que resulta. ¿Habrá más?
Antonia María Carrascal
Ayyyy ¡me dejaste sin palabras!
Amaia Villa
¡Hola, Alfredo! Me gusta tu estilo, esa necesidad de enlazar el humor a tu lenguaje. Sorprende porque la mayoría de las veces se prefiere la seguridad del arte a la soledad del estilo.
Mi favorito...
Martha Alicia Lombardelli
Genial, genial como siempre, la conjunción de imagen y palabras. Gracias queridísimo mío. Gracias sin fin.
Adriana
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