Para Alexis Blanco,
duende de los escenarios.
Un duende vacía sus bolsillos con la presteza del buen actor
y como el mar golpeando el malecón de los amores rotos
como los relámpagos alumbrando de jolgorios al Catatumbo.
Un duende me llena los bolsillos con la firmeza de un beso
como un coito en la costa entrecortada de La Habana
o como un amigo que siempre llega con su risa cordillerana.
Un duende vacía sus bolsillos sin mansedumbres ni chacotas
y como las candilejas derrotadas de una última función
que siempre, siempre, siempre hará resucitar al talento.
Un duende me llena los bolsillos con textura de la hierba
como el abrazo en una terraza sobre la ciudad amiga
que nunca, nunca, nunca podrá naufragar pese a todo.
® Alfredo Cedeño
1 comentario:
uuuuffff...al fin!!! regresaron las musas...que alegría, y con duendes y todo!!!
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