Siempre fui cobarde como un beso que se quiebra
en la orilla de una llovizna seca de hojas en otoño,
también supe ser temeroso como mano paralizada
ante los muslos de durazno de la vecina quinceañera,
alcancé a ser timorato hasta el dolor como el odio
a un mundo nuevo que los militares siempre temen,
pude temblar con el pánico mercenario del rechazo
ante las bocas que siempre se escondían de noche,
y al final me quedé aterrado como cupón de un mundo
sin mar con botes donde lanzar redes para pecados.
® Alfredo Cedeño
1 comentario:
el miedo es libre....
Publicar un comentario