La historia fue feliz e intensa
hasta que su mano encontró
lo que nunca debió encontrar:
promesas de puño y letra
de yo entregarle el cielo
y robarme las estrellas…
pero a la secretaria del frente.
¡Y ardió Troya entera!
La historia entonces acabó
con velocidad de centellas
y agilidad de satanases:
promesas de puños y puñaladas
de ahogarme en una bahía
y colgarme en la luna…
a que me comieran los buitres.
® Alfredo Cedeño
1 comentario:
Y se lo comieron los buitres, o fueron "burdas" esas promesas?
Ch.
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