jueves, marzo 01, 2007

DE SIETE EN SIETE

Vengo de una patria donde el siete es cielo y horizonte
donde siete accidentes se repiten adornando el territorio
donde siete estrechos se angostan de una banda a la otra
y siete cabos se riegan en todo el mapa de esta casa,
también muestran las cartas siete penínsulas insolentes
y siete lagos y lagunas desde Sinamaica a Maracaibo
que se encadenan a una tierra de gracias sin finales.

Soy de un país de siete saltos al amparo de los santos
de siete llaves que destapan los cerrojos de los cielos
de siete tableros donde los demonios siempre pierden
de siete oraciones para ofrendar a las vidas de los gatos
de siete esperanzas que saben a frutas prohibidas
de siete querencias donde las guitarras repican pasajeras
de siete motivos para enaltecer el paso de los asombros.

Yo soy una tierra que se me alborota en la piel de mi mujer
por eso coloco siete besos en cada una de sus pestañas
arrodilladas sobre sus ojos de miel que me endulzan
con perfumes de siete flores abiertas sobre el Mar Caribe
con las palabras de un piano que la mecen en su compás
con los dolores pretéritos abonando los camposantos
con maromas de muchacha rodando libre en una bicicleta.

Y soy navegante que revisa las siete bahías de su cuerpo
con manos de asombro que se desorientan en sus nalgas
con dedos de sediento que naufragan entre su boca arisca
con manos de vagabundo que encuentra agua y refugio
con dedos de testigos que le entregan un pirulí desnudo
con manos de pianista que ejecutan limpios su adagio
con dedos insolentes que le quitan un antifaz veneciano.

Soy ladrón de siete de sus orgasmos en una tarde limpia
explorador de viejas mañas que se renuevan en su espalda
viajero entre los dedos de sus pies exigiendo mis labios
inesperado andarín de su espalda despejada para mi lengua
peregrino asombrado ante sus piernas de fiesta plena
transeúnte desquiciado de sus axilas limpias y fragantes
caminante limpio de pasados que me dejaron pasar libre.

Y soy delirio sin barreras que desgarra y recompone luces
alucinación como de compases en sincopas sin clave
fantasía de un Pierrot vagando por las plazas de Florencia
utopía como un dromedario perdido en un marque de Miami
ensueño de sustos que se pierden a lomos de una motocicleta
espejismo como una canción enamorada en un bar de Madrid
quimera de un baile con triunfos corales en la madrugada.

Hasta que ella me hace volar siete veces en su regazo
de muñeca turca con oropéndolas desesperadas y fugaces
fabricando una melodía con escalas entre sabanas rotas
y me hace fabricar un reflejo de las puertas celestiales
que esconden el mundo que entre sus muslos me aguarda
y me hace soñar vespertino con una ronda de retozos
donde rescatamos el derecho a soñar con esta tierra en el alma.

® Alfredo Cedeño

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ladron......quiero ser 7 veces tu victima...con 49 en 7 tardes se quedan mis 7 vidas contigo

Anónimo dijo...

Si me das una oportunidad
Incendiada de besos incandescentes
Entonces hasta la saciedad
Te hare ese numero volar
En icaros majestuosos hasta el cielo tocar.

Anónimo dijo...

al derecho y al reves..!!!

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