El odómetro de la avioneta indica que Maroa está,
en línea recta, a 201 millas al sur de
Puerto Ayacucho. Si esa distancia es llevada a kilómetros son 324. Si prolongamos la cuenta hasta la capital
venezolana, Caracas, son 860. Esta
población está en la margen izquierda del río Guainía. Uno y otra son puntos
claves de referencia para la cultura Baniva en todo el Amazonas venezolano.
La vía más expedita hoy por hoy para llegar allá es
en un vuelo que toma dos horas desde la capital amazonense sobre una selva donde
el verde estalla en mil tonos distintos. La naturaleza se muestra majestuosa,
no sabe de modestia. Y junto al verde: Agua.
Unas veces se le ve abajo como una
serpiente arrastrándose sobre la espesura vegetal, otras aparece desde arriba
en un chubasco que sacude al aparato como un juguete y no te queda más que
rogar para que el destino te deje llegar.
En este escenario fue el marco para que por muchos
años, siglos y siglos, se fuera desarrollando la cultura Baniva. Cuando esta
etnia entró en contacto con los colonizadores europeos se sucedió una serie de
transformaciones y procesos de intercambio cultural, los cuales tuvieron su
mayor manifestación en 1760 cuando el cacique Maruwa fundó Maroa.
Hoy esta es una comunidad languideciente, su población
es mayoritariamente criolla y hay miembros de los grupos Warekena, Kurripako,
Yeral y Baniva. Estos últimos son escasos, son contados los que aún hablan su
idioma, y ni pensar en sus manifestaciones culturales. Por momentos se tiene la sensación de estar
ante un proceso irreversible, que comenzó con
la explotación cauchera y que se acentuó a mediados del siglo XX. Amén
de los pocos Baniva que hay en Maroa, la mayoría de ellos están en Puerto
Ayacucho, San Fernando de Atabapo y otras poblaciones amazonenses.
Desde Maroa salimos a tratar de encontrar los escasos Baniva
que aún habitan sus lugares ancestrales. Navegamos a lo largo del Guainía; van
apareciendo unos en La Isleta ,
otros en Comunidad, unos aquí, otros allá, una diáspora increíble de uno de los
grupos más vigorosos que hubo en esta área.
El Guainía es el eje que mantiene
los menguados restos de esta civilización.
Al sumergirse en él la sensación es embriagante, se abren los ojos bajo
el agua y todo se ve a través de una cortina sepia, llenando las pupilas con
una especie de sortilegio indescifrable, como si algún arcano pretendiera
revelarse en esos momentos.
Remontamos el caño Aki, lugar
tradicionalmente sagrado de los Baniva, durante seis horas. Mediando la tarde
encontramos entre la espesura un pequeñísimo grupo de “viejeros”, así llaman a
los ancianos Baniva. Altos, de contextura fuerte y voz gruesa, corpulentos,
pero de gran suavidad en sus gestos, algunos visten pantalones. Otros usan un
guayuco hecho con marima, corteza de un árbol que cocinan hasta que adquiere la
textura de una tela. Con ellos está Rubén, quien viste un taparrabo de marima.
Él tiene doce años y ese será un día muy especial: empezará a ser Baniva.
Entre esta etnia, hoy por hoy
confrontando su posible extinción, se sigue considerando que sólo al consumarse
el rito de iniciación es cuando verdaderamente se comienza a ser Baniva. Rubén
lo sabe, la emoción se mezcla con el calor y la humedad propia de la región,
gruesas gotas de sudor corren por su cara y espalda.
Por muy especial e inusitada cortesía estoy
ahí a orillas del caño Aki. Sólo me permiten presenciar el rito. Nada de
cámaras, grabadores o aparato alguno.
Rubén pasó seis meses en ese sitio en compañía de sus padres y el mariri
–así llaman ellos al shaman- quienes lo estuvieron preparando para la vida.
Finalmente el mariri le decía: “No debes robar, no debes tener flojera, debes
cazar, debes trabajar la agricultura para comer, tienes que hacer de todo lo que existe”. A la par que le decía eso lo azotaba en la
espalda con un bejuco de yauma envuelto en fibra de curagua. Luego lo entregó
al papá quien le dio nuevos consejos y lo azotó nuevamente.
Para muchos esta práctica es bárbara
e inexplicable, pero resulta que entre las culturas indígenas,
mayoritariamente, esta flagelación encierra toda una simbólica, y no menos
poética, forma de ingresar al mundo. Esos golpes significan la muerte de una etapa
de vida y el nacimiento de otra, y también simbolizan el sacudimiento del árbol
de la vida para que pueda dar sus frutos apropiadamente.
El mariri da nuevos consejos a
Rubén y de nuevo lo golpea, con una vara de majagua esta vez: “Todo eso tienes
que hacerlo porque ya tú eres mayor, tú ya vas a depender de ti mismo, no de
mí, ni de tus padres”. Rubén aguanta
estoico. Finalmente el mariri le dice: "Ya eres Baniva." Luego comenzó la
celebración de Edáatali o Dabucurí, ceremonia festiva que duró hasta el
amanecer. Y vuelta atrás, Aki abajo hasta el Guainía, de ahí a Maroa y de nuevo
la avioneta hasta Puerto Ayacucho. Otra vez el verde y el agua, ahora
cerrándose como pesado manto sobre una cultura que, pese a todas las
previsiones, parece mantenerse incólume. La cara de Rubén, a orillas del Aki,
lo afirmó en todo momento de su iniciación.
© Alfredo Cedeño
12 comentarios:
No te das una idea todo lo que he aprendido. Excelentes las fotos como siempre. Que contradictoria la trasculturacion, mantienen un rito de iniciación, pero los padres llaman Ruben a su hijo. Lo disfrute mucho Alfredo! Un abrazo!
Gracias maestro!! Hermosa historia la de los Baniva, no la conocía, le cuento que al leer y ver la fotos... me sentí en la avioneta, vi el color sepia y me conmoví... Esos golpes significan la muerte de una etapa de vida y el nacimiento de otra, y también simbolizan el sacudimiento del árbol de la vida para que pueda dar sus frutos apropiadamente.
Zafira
Es tu crónica de un pueblo que mas me ha gustao. Amena, facil de leer, interesante y ademas respondía a mis preguntas según leía.Quise ver la foto de Rubén y justo leí que no te dejaron grabar, me pregunte el porque de las flagelaciones y me respondiste en l siguiente linea. Es hermoso como recoges todas estas culturas para que no se pierdan.
Un abrazo y feliz domingo
Amaia villa
Querido amigo Alfredo,....hoy debo agradecer por una historia que relata la historia misma,...que permite acceder en el día de hoy a motivaciones y característica ancestrales de una etnia que posiblemente esté en los últimos tramos de su existencia, siendo su destino final integrarse a la sociedad moderna,....Mucho podría contarte sobre las vicisitudes de los llamados pueblos originarios de mi país,...y te aseguro que muy poco hay de bueno,...Interesante y didáctico lo tuyo,..Y POR supuesto,.excelente. Afectuoso abrazo. ELCRUZADO
estuvo bien vale, te felicito!! sigue asi ;)
Excelente y gracias por escribir de mi pueblo, ver una fotografia de mi padre y mi abuela en tu cronica! Gracias por tan excelente reporte de mi etnia baniva
Hermosa historia, de verdad me gusto mucho. He estado leyendo sobre los Baniva y es difícil conseguir información exacta sobre ellos como su tipo de vivienda, alimentación, herramientas de trabajo, utensilios, artesanía y costumbres es un trabajo para mi hijo de 9 años que tiene que llevar al colegio quiero conseguir información que el pueda entender porque debe hacer una exposición, si alguien pudiera ayudarme se lo agradecería enormemente...
Hola!!!
Estoy agradado de poder encontrar fotos de mis abuelos ... Justo cuando me disponía a aprender el dialecto directamente de mi abuelo Hernán, quien fue un gran defensor de la etnia ... nos vimos interrumpidos porque el destino le llevo a otro estadio de la vida... me fui a la universidad y ahora soy profesional y tengo mi familia en Caracas , pero siempre voy a mi estado Amazonas y colaboro en lo que esta a mi alcance desde mi zona de influencia , ... pienso que es inminentemente importante e ineludible para mi generación lograr plasmar toda la Nacion Baniva en libros y que debe darse como obligatorio la materia de dialectos indígenas en el Estado Amazonas. Debemos preservar nuestra identidad como Baniva que somos... y darle la importancia y el orgullo de sentirse Baniva, indígena , amazonense y Venezolano.
Hoy tomo la decisión que trabajare en este sentido para dar mi aporte a la historia de nuestra etnia... mis hijos hoy con nacionalidad española y Venezolana deben entender que su identidad es Baniva y sentirse orgullosos de ello...
Aun estamos a tiempo de hacer un pequeño pero poderoso cambio...
Un saludo y gracias por esta agradable sorpresa
Saludos cordiales
Isadack Arvelo
( Me hubiese gustado tener nombre indígena Baniva)
Nota: si tienen alguna bibliografía donde pueda leer mas , se los agradecería !!!
Saludos. Hoy buscando alguna información sobre la etnia baniva, encontré este blog.. Recordé gratamente las historias de mi madre, quien es descendiente de esta etnia. Historias y creencias muy variadas relacionadas unas sobre la vida existente debajo de las aguas del Rio Orinoco y otras sobre los mawari o espíritus.. lamentablemente esta etnia esta destinada a desaparece. Muchos de sus habitantes se desplazaron hacia otros espacios. Aun tengo parte de mi familia materna en Maroa y otras en Puerto Ayacucho.. y mi madre y yo vivimos en Cojedes.. gracias por promover el conocimiento de esta etnia.. un abrazo
Excelente publicación, gracias por regalarnos estas enseñanzas, gracias por mostrarnos la existencia de estos indígenas, de los cuales no tenía conocimiento.
Dios le cuide y éxitos!
Excelente escrito sobre la etnia baniva, soy del estado amazonas y deseo conocer más sobre esta etnia su vestimenta y las pinturas corporales que usaban; como cultura general que me recomienda?
Gracias! Recordé las palabras de mi madre, Carmen Fe, al hablar con amor de su pueblo originario Baniva. Maroa, tierra Baniva, la vía Yavita Pimichin, el Río Isana, el Islote, las leyendas, mitos, e historias con las que me enseñó el sentir genuino de la herencia que se lleva en sangre y acción. El rito de iniciación de las niñas, que es enseñanza de vida para formar en principios y valores, va de generación en generación, no importa en qué parte del mundo esté ni el mestizaje, se es Baniva porque se llama en la sangre y en la cosmovisión. Lamentablemente se está perdiendo el idioma, por la falta de práctica, y por la antigua vergüenza étnica que a muchos solo nos dejó el recuerdo de nuestras madres hablando con tías y abuelas en Baniva, y al llegar nosotros cambiaban el idioma. Gracias por esta publicación. Bendiciones.
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