miércoles, enero 03, 2007

HASTA LA VISTA

La noche se desmorona sobre los avisos de neón
y la muerte me llega vestida de silencios leales,
de puntillas va enredando tristezas sobre la luna
desampara al sol y una bruja madre de temples
carga una bebita que se estira con un jugo en la mano
para entregar a la nana una congoja casi sacrílega.

Sólo queda un llanto largo para comulgar esperanzas
ante cartas que no se podrán volver a intercambiar,
ni risas preñadas de complicidades o suaves reclamos
que fueron dejados caer con firme donaire de caballero
hasta ganarme el corazón con socarrona camaradería
y guardo en mi cofre de tesoros perdidos sus carcajadas limpias.

® Alfredo Cedeño

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Caramba tio favorito! Buena broma nos echo el abuelo, no?
Gracias tio, en nombre de esta familia, por ese hermoso y sentido homenaje que le hace.

Isamar Leal G.

Anónimo dijo...

“Para esto es la memoria:
para liberarse; no reducción
sino expansión del amor más allá del deseo;
y así liberación del porvenir como del pasado.
Morimos con los que mueren:
mira, ellos se marchan y nos vamos con ellos.
Con los muertos volvemos a nacer:
mira, ellos vuelven y nos traen consigo”
(T.S. Eliot, Four Quartets. Little Giding 159-161,
203-233)

Ch.

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